Niklas Behrens gana el Mundial sub23, marcado por la muerte de la júnior Muriel Furrer

El triunfo de Niklas Behrens en el Mundial sub23 en Zurich se ve ensombrecido por la trágica muerte de Muriel Furrer, destacando la competitividad de la carrera y la actuación de los ciclistas españoles

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José Luis Sorolla

Redacción deportes, 27 sep (EFE).- El alemán Niklas Behrens conquistó para Suiza el maillot arcoíris en la prueba de ruta sub23 del Mundial de Ciclismo y Paraciclismo de Zurich 2024, una prueba que quedó teñida de dolor tras conocerse el fallecimiento de la júnior suiza Muriel Furrer el en el transcurso de la carrera.

Niklas Behrens (Bremen, 2003) y el eslovaco Martin Svreck se jugaron al esprint el título en un esfuerzo en el que el teutón fue claramente el mejor. La medalla de bronce fue para el belga Alec Segaert.

Behrens invirtió 3:57:24 en los 173,6 kilómetros de recorrido entre Uster y Zurich a un promedio de 43,875 km/h en una prueba en la que tomaron la salida 184 ciclistas.

Dos representantes españoles se metieron el top-10, el mejor fue el campeón del mundo contrarreloj Iván Romeo, en novena posición, seguido por Igor Arrieta en décima. Pablo Torres finalizó vigesimoséptimo, e Iker Mintegi vigesimonoveno.

El suizo Jan Christen, que acabó cuarto, fue el gran protagonista de la carrera tras lanzar un potentísimo ataque lejano, a 50 kilómetros del final, que no encontró la respuesta adecuada de sus rivales pero le sobraron 10 kilómetros para terminar siendo el bueno. La carrera de nuevo tuvo en el agua a un protagonista externo que pasó factura a más de uno.

En las duras rampas de la última ascensión a Zürichbergstrasse lo pasó mal el suizo, pero supo sufrir y exprimirse para tan solo ceder unos segundos. La ventaja la mantenía en el entorno de los 40 segundos, hasta que el potente belga Jarno Widar entró a tope en el quinteto perseguidor y lo llegó a rebajar a 14 segundos a 15 kilómetros del final. A 10 kilómetros del final, Niklas Behrens y Martin Svreck viniendo desde atrás pusieron punto final al sueño del helvético.

El primero en intentar lanzar su propuesta fue el portugués Antonio Morgado aceleró a falta de 77 kilómetros en la exigente ascensión de Zürichbergstrasse (1,1 kilómetros al 8 % y máximas del 15 %) al que se unió el italiano Davide de Pretto. El grupo iba perdiendo poco a poco unidades y ya solo quedaban en cabeza una cincuentena de ciclistas.

El ataque que desató las alarmas fue el que protagonizó Christen, tras el salieron el italiano Giulio Pelizzari, Alec Segaert y Martin Svrcek.

 En la penúltima vuelta, la carrera se convirtió en un auténtico rosario de ciclistas con minigrupos que terminaron por unirse en un pequeño pelotón perseguidor de trece unidades que alcanzó al belga y al eslovaco. Pelizzari, viendo que no hacía camino con sus dos acompañantes había acelerado un poco antes para irse en busca del suizo, pero su intentó fue en vano.

La última vuelta, los 27,3 kilómetros finales, comenzaron con Christen en cabeza, el grupo que había alcanzado a Pelizzari con catorce unidades, con cinco belgas y los españoles Igor Arrieta e Iván Romeo como los dos únicos combinados con más de un representante.

Trabajo infructuoso de Bélgica

Bélgica, por número de componentes, se vio obligada a asumir el peso de la persecución del suizo, aunque no fueron ellos los que recogieron el trabajo hecho.

La carrera empezó con la carretera seca, pero la lluvia terminó por acompañar a los ciclistas de manera intermitente durante buena parte del recorrido. Habría que asumir riesgos con un asfalto muy delicado.

Antes de entrar al circuito, la primera de las cinco ascensiones que se hicieron a Witikon, las restantes ya fueron dentro de las cuatro vueltas que había que dar, provocó la primera selección con un total de 68 ciclistas en cabeza.

Tras un fulgurante inicio en el que todos querían estar delante de los diferentes intentos por consolidar una escapada, los único que consiguieron su objetivo fueron el australiano David Bower y el estadounidense Cole Kesler, a los que poco después se unió el británico Robert Donaldson.

No sin esfuerzo, el trío consiguió abrir hueco hasta alcanzar el minuto, aunque en el pelotón había demasiados intereses y nadie estaba dispuesto a hacer excesivas concesiones. La aventura les duró 36 kilómetros.

La muerte de Muriel Furrer se conoció mediada la prueba, tras no superar el grave traumatismo craneoencefálico que sufrió este jueves como consecuencia de una caída en la carrera júnior. EFE

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