Los refugiados del Líbano evocan en la frontera siria el caos de la guerra de 2006

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Hana Saleh

Damasco, 26 sep (EFE).- En la frontera sirio-libanesa, la historia se repite otra vez con la tragedia de miles de refugiados que huyen de los intensos bombardeos israelíes contra diversas regiones del Líbano, y que se aglomeran en el cruce fronterizo de Yeideh Yabus, el paso más directo entre Beirut y Damasco, donde se evocan las imágenes de la guerra de 2006.

La guerra entre Israel y el grupo islamista Hizbulá, que ha derivado en bombardeos masivos de Israel sobre el país de los cedros, se traduce en la frontera en una interminable fila de vehículos de todo tipo que se agolpan formando un caos absoluto.

La falta de infraestructura adecuada para recibir a tantos refugiados ha provocado un embotellamiento que se extiende a ambos lados del paso fronterizo, con vehículos que transportan personas y enseres funcionando a modo de posta de relevos, dejando a unos para regresar a por otros.

 Los conductores, en su afán por ayudar, están dejando a los huidos en la carretera antes del paso fronterizo, quienes se ven obligados a esperar horas, tumbados en el suelo para terminar los tramites del ingreso.

Ya en el lado sirio, aguardan también tumbados hasta que alguien pueda trasladarlos al interior del país.

Omar Yadalá, que gestiona una empresa de taxis que opera a ambos lados de la frontera, aseguró a EFE por teléfono que ahora sus chóferes "no pueden esperar largas horas en la cola" para entrar a Siria y por eso, "dejan a las familias en la calle para que gestionen sus asuntos en la frontera para poder regresar y traer otras tandas de personas del Líbano, donde un gran número espera la salvación".

En la frontera, el refugiado Abas al Maula contó a EFE vía telefónica su historia de estas últimas horas, en las que llevó a su esposa e hijos de Baalbek, donde cayeron bombas israelíes, a Beirut, y ahora está llevando a su hermana y a su madre al puesto de control sirio.

"Lo que vimos fue aterrador, familias enteras han sido asesinadas. Era una escena miserable", añadió.

Abu Mohamed, por su parte, destacó a EFE que había escapado de Siria durante la guerra civil tras el asesinato de su padre, y ahora ha vuelto a huir, esta vez del Líbano, tras perder a su esposa en los recientes bombardeos de Israel.

  "La muerte nos persigue a todas partes", confesó el hombre, mientras esperaba a un familiar que le ayudara con 100 dólares para pagar la tarifa del ingreso que tienen que desembolsar los sirios que regresan a su país.

Los seis pasos fronterizos oficiales entre Líbano y Siria han experimentado un aumento significativo en el flujo de personas en los últimos días.

 El cruce de Yeideh Yabous ha registrado cerca de 27.000 personas en los últimos tres días, según datos preliminares de las autoridades, la mayoría sirios que buscan reunirse con familiares en Damasco y otras provincias del país.

Mientras, los libaneses se están quedando en los hoteles en la zona de Sayida Zainab, en la provincia de Rif de Damasco, algunos de ellos gratuitos y otros con precios de hospedaje muy bajo.

El gobernador de Damasco, Ahmed Ibrahim Jalil dijo a EFE que la provincia de Rif de Damasco ha preparado centros de acogida en Al Duwair y Harjla, lugares que anteriormente estaban asignados para los desplazados por la guerra civil.

  A pesar del aumento de los alquileres, que en los últimos dos días se han encarecido un 50%, algunas familias libanesas optan por Damasco y sus alrededores con contratos a corto plazo o de un mes, ya que tienen una esperanza frágil de que las condiciones puedan mejorar en el futuro.

 Miles de refugiados han pasado también por los cruces de Yusiyah y Matraba, en la zona rural occidental de Homs, mientras un número menor atravesó por los pasos del puente de Qamar y Dabusieh, situados en Talkalaj.

El cruce de Matraba sufrió hoy un bombardeo israelí, que dejó al menos diez heridos y dañó un puente usado por los desplazados para buscar refugio.

Solo este martes, al menos 23 sirios murieron en ataques aéreos israelíes en la localidad de Younine, en el este de Líbano.

Líbano, con menos de siete millones de habitantes, acoge al mayor número de refugiados sirios per cápita del mundo, una comunidad de alrededor de 1,5 millones de personas, según estimaciones oficiales. EFE

hs-sr/amr/jfu

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