Quito, 24 sep (EFE).- El ministro de Energía, Antonio Gonçalves, aseveró este martes que el estiaje (nivel mínimo o más bajo) se adelantó unos tres meses agravando la crisis eléctrica que vive el país, y reconoció el "duro momento" por el que atraviesa Ecuador, con hasta unas once horas diarias de cortes programados de energía en ciertos sectores y en distintos segmentos horarios.
En una comparecencia ante la prensa, el funcionario señaló "el momento duro que estamos pasando" y apuntó que al igual que la ciudadanía, en el Gobierno también están "muy preocupados, acongojados por esta situación" que monitorean a diario, por lo que tendrán una nueva reunión el jueves para programar los cortes de la próxima semana.
Con gráficos para explicar la situación detallada, el ministro aseveró que los datos enseñan claramente "que el estiaje se adelantó prácticamente tres meses a cualquier proyección".
"Esperábamos el estiaje, algo histórico; sin embargo, definitivamente este comportamiento estadístico y, con data histórica, demuestra que estamos en una situación de sequía regional", anotó al apuntar que se están "rompiendo récords, desafortunadamente en la dirección equivocada".
El funcionario explicó que con los cortes de energía y apoyados en la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, han podido recuperado desde el pasado sábado 1,60 metros la cota en la hidroeléctrica de Mazar.
El ministro reiteró que trabajan para cambiar la matriz energética en Ecuador, que está "muy basada en agua", y aseveró que en la actual Administración han recuperado parque térmico para proveer energía.
La matriz de generación eléctrica de Ecuador está compuesta en más de un 70 % de energía hidroeléctrica, asentada sobre todo en la central Coca Codo Sinclair, la más grande del país con 1.500 megavatios de potencia, y en el embalse de Mazar, el segundo de mayor capacidad de Ecuador, que alimenta un complejo de tres centrales hidroeléctricas que en su conjunto suponen otros 1.757 megavatios de potencia.
Cualquier afectación en estas dos infraestructuras deja en vulnerabilidad al sistema eléctrico de Ecuador para atender la demanda nacional, lo que en algunos momentos de crisis se ha podido solventar gracias a la importación de electricidad suministrada por Colombia.