Sídney (Australia), 23 sep (EFE).- El organismo regulador de la competencia y el consumo en Australia anunció este lunes que presentó una demanda judicial contra los dos principales supermercados del país por engañar supuestamente a sus clientes con descuentos falsos de cientos de productos entre septiembre de 2021 y mayo de 2023.
La Comisión Australiana de la Competencia y el Consumo (ACCC, siglas en inglés) alega que Woolworths y Coles subieron los precios de más de medio millar de productos en un 15 % antes de promocionarlos falsamente por períodos cortos como rebajas, a pesar de que sus precios eran iguales o superiores a los que se aplicaban antes del incremento.
"Afirmamos que tanto Woolworths como Coles infringieron la Ley Australiana del Consumidor al hacer afirmaciones engañosas sobre descuentos, cuando éstos eran, de hecho, ilusorios", dijo la presidenta de la ACCC, Gina Cass-Gottlieb, en un comunicado publicado hoy en el portal del ente regulador.
De ser hallados culpables, Coles y Woolworths pueden ser condenadas a una multa de hasta 50 millones de dólares australianos (unos 34,1 millones de dólares estadounidenses o 30,6 millones de euros), o incluso más con posibles cálculos basados en los beneficios o los ingresos durante el periodo en cuestión.
Cass-Gottlieb enfatizó que estas gigantescas cadenas de supermercados planificaron en algunos casos las subidas deliberadas de precios para poder anunciar sus falsos descuentos, así como hicieron creer a sus clientes que las rebajas que anunciaban suponían "una reducción sostenida de los precios regulares de los productos de supermercado", cuando no era así.
La ACCC calcula que las dos grandes cadenas de supermercados vendieron decenas de millones de los artículos afectados por los precios engañosos -entre ellos galletas, baterías o comida para mascotas, entre otros- obteniendo "importantes ingresos" por esas ventas.
"Muchos consumidores confían en los descuentos para estirar más su presupuesto de alimentación, sobre todo en esta época de presiones por el coste de la vida. Es fundamental que los consumidores australianos puedan confiar en la exactitud de las afirmaciones sobre precios y descuentos", remarcó Cass-Gottlieb.
La demanda de la ACCC se enmarca en la investigación que le ordenó el Ejecutivo de Camberra en enero pasado sobre la conducta de los supermercados y la imposición de los precios, entre otros asuntos, a raíz del malestar de los australianos afectados por la alta inflación en el país mientras estas cadenas reportaban grandes beneficios.
Tras la denuncia, Coles defendió sus prácticas de descuentos, mientras que Wooltworths afirmó que revisará la demanda y trabajará con la agencia de la competencia.
"(Esto) es completamente inaceptable (...) Los clientes australianos no merecen ser tratados como tontos por los supermercados", dijo hoy el primer ministro australiano, Anthony albanese, en una rueda de prensa en Camberra.
Albanese -quien hizo estas declaraciones al presentar el borrador de un nuevo código obligatorio para los supermercados, que incluye millonarias multas- consideró que el incremento de los precios por parte de Coles y Woolworths "tiene un impacto inflacionario por definición".