Starmer promete más vivienda y mejores servicios públicos al inicio del congreso laborista

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Judith Mora

Liverpool (R.Unido), 22 sep (EFE).- El primer ministro británico, Keir Starmer, prometió acelerar la construcción de vivienda y mejorar los servicios públicos -dos de los problemas más acuciantes del Reino Unido- al inicio este domingo del congreso del Partido Laborista en Liverpool (noroeste de Inglaterra).

Starmer, que ganó las elecciones del 4 de julio por mayoría absoluta, lanzó estos dos mensajes mientras su popularidad cae en las encuestas por su decisión de restringir las ayudas energéticas a los jubilados y una polémica por no declarar, o hacerlo tarde, ropa de marca donada a su esposa.

Según Downing Street, tanto él como la vice primera ministra, Angela Rayner, y la titular de Economía, Racheel Reeves, dejarán de aceptar ahora regalos de simpatizantes de la formación, en reconocimiento de las estrecheces económicas que sufren muchos británicos.

En una entrevista con el dominical 'The Observer', el líder laborista indicó que no planea volver al periodo de austeridad implantado por el Gobierno conservador de David Cameron en 2010, pese a avisar hace unos días de que el próximo Presupuesto del Estado, el 30 de octubre, será "doloroso".

"Soy muy consciente de que nuestros servicios públicos están en mínimos (...). Dirigí un servicio público. Sé lo que se siente con los recortes. Y sé que muchos se cortaron hasta el hueso. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que nuestros servicios públicos funcionen correctamente", declaró el antiguo director de la oficina de la Fiscalía.

Tanto Starmer como Reeves se comprometieron durante la campaña electoral a no subir los tres grandes impuestos, como el del valor añadido (IVA), la contribución a la seguridad social y el de la renta.

Advirtieron no obstante de que habrá que tomar "decisiones difíciles", después de revelar que el anterior Ejecutivo conservador dejó un déficit presupuestario oculto de 22.000 millones de libras (26.230 millones de euros).

Inquietos por esas medidas, los sindicatos británicos -muchos de ellos financiadores del laborismo- se plantean presentar el lunes una moción contra la eliminación por parte del Gobierno de las subvenciones a la calefacción de la mayoría de los pensionistas (menos los más pobres).

En la primera jornada del congreso, que durará hasta el miércoles, Starmer anunció en un comunicado un plan para conceder a las promotoras inmobiliarias 'un pasaporte' que aprobará automáticamente sus propuestas urbanísticas siempre que cumplan con unos requisitos especificados de diseño y calidad.

La aceleración del proceso de planificación es clave para "aumentar la construcción de viviendas en áreas urbanas", con el objetivo final de levantar 1,5 millones de hogares en todo el país en cinco años, dijo en la nota.

"Durante demasiado tiempo, el sueño de poder comprar una vivienda ha estado fuera del alcance de la gente trabajadora", afirmó el líder laborista, que recordó que su Ejecutivo ya ha legislado para regular el mercado de alquileres y eliminar trabas a la edificación.

En su discurso inaugural este domingo, Rayner adelantó por su parte que se creará un estándar de viviendas decentes, tanto para la de protección oficial como del sector privado, con más controles a los caseros que descuiden sus propiedades.

"Hemos heredado una crisis de vivienda de los conservadores, pero este Gobierno laborista está adoptando medidas audaces no solo para construir la que nuestro país necesita e impulsar la social y asequible, sino también para garantizar que toda la vivienda sea digna, segura y confortable", manifestó.

La llegada al congreso de Starmer, que pronunciará su discurso el martes, se produce en un ambiente de tensión en su círculo inmediato, después de que varias fuentes anónimas filtraran a la prensa el descontento por el sueldo y el poder que ostenta su jefa de gabinete, Sue Gray, que gana más que él mismo.

Con todo, el primer ministro, que dijo a 'The Observer' que se encargará de resolver esas trifulcas "que perjudican a todos", tratará de transmitir optimismo a las bases, deseosas de festejar el regreso al poder tras 14 años de mandato 'tory'. EFE

jm/er/pddp

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