Las fuerzas de Pakistán matan a un acusado de blasfemia, cuyo cuerpo es robado y quemado por una turba

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Las fuerzas de seguridad de Pakistán han matado bajo custodia a un hombre acusado de blasfemia, un día después de ser detenido en relación con una serie de mensajes realizados en su cuenta en la red social Facebook, tras lo que el cadáver fue interceptado por un grupo de personas antes del funeral y quemado en público. Según las informaciones recogidas por el diario paquistaní 'Dawn', el fallecido es un doctor residente en Umerkot que huyó a la ciudad de Karachi tras ser imputado por estas publicaciones. Sin embargo, fue detenido poco después y murió posteriormente a manos de las fuerzas de seguridad. Las autoridades han indicado que el hombre abrió fuego contra la Policía durante un control en Sindhri, un día después de que publicara un vídeo para denunciar que su cuenta en Facebook había sido hackeada y que no había publicado ningún tipo de contenido blasfemo en la red social. El cadáver del hombre fue entregado poco después a la familia, que se trasladó a Janhero, la localidad natal del fallecido, para enterrarle, si bien tuvieron que escapar después de que una turba los interceptara y se llevara el cuerpo, que fue posteriormente incendiado. El suceso tuvo lugar el mismo día en el que un tribunal paquistaní condenó a muerte a una mujer cristiana acusada de blasfemia por compartir hace cuatro años a través de WhatsApp un texto sobre el profeta Mahoma. El Código Penal paquistaní contempla la pena capital para los delitos de blasfemia, que incluyen los insultos al islam o al profeta. Uno de los casos recientes más representativos fue el de la también cristiana Asia Bibi, absuelta por el Tribunal Supremo y liberada tras una década en el corredor de la muerte. Además, un policía paquistaní mató la semana pasada a otro condenado por blasfemia en el interior de una comisaría de Jarotabad en la que se encontraba arrestado después de que un grupo de seguidores del movimiento integrista Tehrik-e-Labaik Pakistan (TLP) intentara asaltar las instalaciones. Los sospechosos de blasfemia pueden convertirse a menudo en objetivo de grupos extremistas en Pakistán, donde en ocasiones han sido fusilados, quemados vivos o brutalmente golpeados hasta la muerte. El pasado mes de junio, una turba secuestró a un hombre que se encontraba bajo custodia policial después de que fuera acusado de blasfemia y lo linchó. Una vez muerto, prendió fuego a su cadáver en un incidente que causó conmoción en todo el país.

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