El Papa ha exigido a los cardenales que integran la Curia Romana un "nuevo esfuerzo" para que el pequeño estado pontificio logre el objetivo de allanar el déficit tras recordarles que los recursos económicos "son limitados" y deben gestionarse "con rigor". Según explicó en octubre del año pasado en una conferencia el prefecto de la Secretaria de Economía, el español Maximino Caballero, la Santa Sede siempre ha tenido un déficit estructural de entre 50 y 60 millones de euros al año". "Si tuviéramos que cubrir este déficit sólo recortando gastos, tendríamos que cerrar 43 de las 53 entidades que pertenecen a la Curia Romana, y esto no es posible", señaló entonces. En una carta firmada el pasado 16 de septiembre, pero que se ha difundido ahora, el Papa destaca que los procesos de reforma instadas en el pasado por tantos exponentes del Colegio Cardenalicio han sido clarividentes y han llevado a una "mayor conciencia del hecho de que los recursos económicos al servicio de la misión son limitados y deben gestionarse con rigor y seriedad para que no se dispersen los esfuerzos de quienes han contribuido al patrimonio de la Santa Sede". "Por estas razones, ahora todos deben realizar un nuevo esfuerzo para que el déficit cero no sea sólo un objetivo teórico, sino una meta realmente alcanzable", asegura el Pontífice en la misiva. Francisco también afirma que la reforma de la Curia ha sentado las bases para la aplicación de "políticas éticas que mejoren el rendimiento económico del patrimonio activos existentes". "A ello se suma la necesidad de que cada institución se esfuerce por encontrar recursos externos para su misión, dando ejemplo de una gestión transparente", explica. El Papa también subraya en esta carta la necesidad de la Iglesia de reformarse continuamente, espíritu en el que se basa, la reforma de la Curia romana y la Constitución apostólica Predicate Evangelium. Francisco pide además un ejercicio de fraternidad y solidaridad entre las diversas instituciones de la Santa Sede señalando la imagen de las familias en las que "los que se encuentran en una buena situación económica acuden en ayuda de los miembros más necesitados", y animando a las instituciones vaticanas con superávit a "contribuir a cubrir el déficit general". Actuar con generosidad entre ellos, según asegura el Papa, es además "requisito previo para pedir generosidad también desde fuera". Una petición que el Papa dirige a los cardenales pidiendo además "valentía y espíritu de servicio" para poder continuar con la labor de la Iglesia en el futuro, así como una participación en el proceso de reforma a través de "vuestros conocimientos y experiencia". Esta carta se suma a los numerosos esfuerzos que, desde el Vaticano, se han ido poniendo en marcha para una gestión económica eficiente y transparente de la Santa Sede.