El escritor John Grisham se une a campaña para detener la ejecución de un autista en Texas

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Washington, 18 sep (EFE).- El escritor súperventas John Grisham se ha sumado a una campaña para salvar de la pena de muerte a un hombre autista condenado por la muerte de su hija de dos años, el cual, un vez agotados todos los recursos legales, depende de que prospere una petición de "clemencia" para no morir el 17 de octubre próximo.

“Lo sorprendente del caso de Robert (Roberson) es que no hubo ningún delito. En la mayoría de los casos de condena a muerte, hay un asesinato y alguien lo cometió, pero en el caso de Robert no hubo ningún delito y, sin embargo, estamos a punto de matar a alguien por ello en Texas. Es muy indignante”, subrayó el escritor.

Grisham, autor de novelas de ambiente judicial o de suspense como La firma" o "El informe Pelícano", de las que ha vendido más de 250 millones de ejemplares en todo el mundo, hizo esas declaraciones con motivo de la presentación de una petición judicial para que se conmute la pena de muerte a Roberson, que tiene 57 años y lleva más de veinte en el corredor de la muerte.

La petición de clemencia, apoyada por más de un centenar de legisladores, abogados penalistas, médicos y organizaciones dedicadas a ayudar a personas en el espectro del autismo, sostiene que la condena de Roberson se basó en tres errores graves.

La primera es que cuando su hija Nikki, de 2 años, fue trasladada de urgencia en estado de coma al hospital en febrero de 2002, el personal médico concluyó que la habían sacudido violentamente sin consultar su historial médico real.

Los defensores de Roberson alegan que a raíz de ese error inicial, los agentes de policía y los médicos no investigaron más a fondo y, como resultado, pasaron por alto síntomas críticos, incluido el hecho de que la niña estaba enferma con fiebre de más de 40 grados poco antes de quedar inconsciente, tenía neumonía no diagnosticada y le habían administrado medicamentos que desde entonces se han considerado potencialmente mortales para los niños.

El tercer error, sostiene la petición, es que los detectives y el personal médico que entraron en contacto con Roberson no sabían que es autista (se lo diagnosticaron en 2018) e interpretaron su actitud inexpresiva como la postura de un asesino cruel.

La petición está dirigida a la Junta de Perdones y Libertades de Texas que, junto con el gobernador Greg Abbot, que tiene la última palabra, puede ayudar a Roberson a salvarse de la ejecución por inyección letal prevista para el 17 de octubre.

En lo que va de año se ha ejecutado en el estado de Texas a tres condenados a muerte, la misma cantidad que en Alabama, mientras que Oklahoma y Misouri han ejecutado a dos cada uno y Utah y Florida a uno cada uno, según la página web deathpenalty.org.

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