Aumento preocupante de la violencia yihadista contra civiles en Burkina Faso, según HRW

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Uagadugú, 18 sept (EFE).- Los grupos yihadistas que operan en Burkina Faso han aumentado la violencia contra civiles, con al menos 128 personas muertas en siete ataques perpetrados desde el pasado mes de febrero, advirtió este miércoles la organización Human Rights Watch (HRW).

"Estamos siendo testigos de un aumento increíblemente preocupante de la violencia islamista en Burkina Faso", dijo en un comunicado la investigadora principal de HRW sobre el Sahel, Ilaria Allegrozzi, al pedir que los líderes de los grupos terroristas activos en el país cesen sus ataques contra los ciudadanos burkineses.

"Las masacres de vecinos, fieles y desplazados por parte de los grupos armados islamistas no son solo crímenes de guerra, sino una cruel afrenta a la decencia humana", añadió.

Desde 2015, Burkina Faso se enfrenta, entre otros, al Grupo por el Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe), ligado a Al Qaeda, y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS).

Miles de personas han muerto en numerosos ataques y más de dos millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la violencia de estos grupos que, según las investigaciones de HRW, han incrementado sus asaltos contra civiles durante los últimos meses.

Para llegar a esta conclusión, la ONG realizó entrevistas entre los pasados meses de mayo y julio a 37 personas, de las cuales 31 habían sido testigos de los ataques yihadistas citados.

Una de esas incursiones, por ejemplo, perpetrada en febrero y cuya autoría reivindicó el EIGS, dejó doce muertos en un iglesia de la localidad de Essakane, en el norte del país.

"Vi un enorme charco de sangre y rastros de sangre por toda la iglesia, así como marcas de bala en los bancos", declaró a la HRW un joven de 28 años que perdió a su hermano de 49 en el ataque.

Ningún grupo ha reivindicado las otras acciones, pero los testigos apuntan como autores a los yihadistas por las similitudes en su modus operandi, incluyendo la elección de las víctimas o la vestimenta.

Los terroristas han atacado también escuelas y continúan "asediando" varias localidades del país y colocando explosivos en las carreteras, privando así a la población de suministros de comida y servicios básicos, lamentó la organización.

La población asegura que muchos de estos ataques se producen como "represalia" por la presunta colaboración de las comunidades locales con las fuerzas de seguridad gubernamentales.

HRW destacó que también el Ejército burkinés y los Voluntarios por la Defensa de la Patria (VDP, civiles que apoyan las acciones de las Fuerzas Armadas) cometen violaciones de derechos humanos.

"El Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA) tiene que abordar el recrudecimiento de las atrocidades en Burkina Faso y el deterioro de la situación en el país", aseveró Allegrozzi, al exigir que la organización panafricana garantice la rendición de cuentas por la violencia.

Burkina Faso encajó dos golpes de Estado en 2022: uno el 24 de enero, dirigido por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, y otro el 30 de septiembre, encabezado por el capitán Ibrahim Traoré, quien dirige actualmente la nación.

Ambos golpes llegaron tras el descontento entre la población y el Ejército por los incesantes ataques yihadistas. EFE

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