Swinney defiende un nuevo reférendum de independencia para que Escocia regrese a la UE

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Perth (R.Unido), 17 sep (EFE) - En la víspera del décimo aniversario del referéndum de independencia, el ministro principal escocés, John Swinney, reafirma en una entrevista con EFE su apuesta por una nueva consulta tras años de “promesas rotas” y el impacto del Brexit.

Swinney, de 60 años y con toda una vida en las filas del Partido Nacional Escocés (SNP), fue ministro de Finanzas en el gobierno de Alex Salmond (2007-2014), artífice del referéndum fallido por la independencia del 18 de septiembre de 2014, en el que la permanencia en el Reino Unido venció por 55 % a 45 %.

“A Escocia se le prometió que si queríamos garantizar nuestra pertenencia a la Unión Europea, debíamos votar ‘no’ en el referéndum”, dice Swinney, en alusión a la exitosa campaña 'Better Together' (Mejor Juntos), que defendió que si Escocia se independizaba, tendría que volver a solicitar su adhesión a la UE en un largo y complicado proceso.

“Escocia votó de manera contundente para quedarse en la Unión Europea”, enfatiza, al defender que en la votación sobre el Brexit de 2016 -en la que el 62% de los escoceses apoyaron permanecer en la UE- el Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea contra la voluntad mayoritaria en Escocia.

En particular, señala al impacto devastador del Presupuesto de la ex primera ministra Liz Truss en 2022 y la prolongada austeridad bajo los sucesivos gobiernos conservadores y laboristas como los responsables del “importante daño económico” que ha sufrido la región.

“Escocia debe poder elegir su futuro como un país independiente dentro de Europa”, defiende Swinney, mientras enfatiza que el resultado del Brexit ha sido un claro ejemplo de las promesas incumplidas de Westminster (poder central).

Swinney fue viceministro principal bajo el mandato de Nicola Sturgeon (2014-2023), quien intentó convocar un segundo referéndum para 2023, aunque en 2022 la Corte Suprema dictaminó que Escocia no tenía autoridad legal para organizarlo sin la aprobación del Gobierno británico.

Desde el pasado 8 de mayo lidera el Ejecutivo de la región histórica junto con su mano derecha, Kate Forbes, figura clave del ala conservadora.

El líder del SNP compara la situación de Escocia con la de otros países en Europa, como Irlanda, al que ve como ejemplo de cómo un pequeño país puede tener éxito económico y político dentro del bloque europeo.

“Estamos atrapados en un Reino Unido de bajo crecimiento y en una Gran Bretaña del Brexit que está restringiendo nuestra capacidad para comerciar y desarrollar actividad económica”, dice.

Su hoja de ruta hacia la independencia está basada en la construcción de “confianza dentro de Escocia y el compromiso de manera constructiva con vecinos (europeos)” porque, a su juicio, “Escocia es un país que mira hacia el exterior”.

La realidad es que el SNP perdió la gran mayoría de sus diputados (38) en el Parlamento central británico en las elecciones generales del pasado 4 de julio y el nuevo Gobierno laborista de Keir Starmer ya ha dicho que no apoyará otra consulta.

Sin embargo, el líder del partido nacionalista apuesta por un mensaje “optimista y esperanzador” centrado en hacer crecer la economía y en asegurar que la región histórica puede prosperar como un país independiente dentro de la Unión Europea.

“Lo que queremos hacer es asegurarnos de que ganamos los argumentos dentro de Escocia sobre las oportunidades económicas de la independencia”, defiende.

El jefe del Ejecutivo defiende una "nueva conversación nacional" con un "argumento persuasivo" hacia la independencia y confía en que la frustración de los escoceses sirva como combustible para que la región pueda finalmente elegir su futuro como una nación soberana.

Susana Blaya


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