Quito, 17 sep (EFE).- Las Fuerzas Armadas de Ecuador tomaron este martes el control sobre el segundo mayor embalse del país antes de que comiencen una serie de apagones a nivel nacional ante la imposibilidad de abastecer la demanda interna de electricidad por una grave sequía que afecta a sus principales centrales hidroeléctricas.
Los militares ingresaron este martes al embalse de Mazar, situado en la sureña provincia andina de Azuay, que cuenta con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos y que permite alimentar a un complejo de tres plantas hidroeléctricas con una potencia instalada en su conjunto de 1.757 megavatios, lo que constituye una de las principales fuentes de energía del país.
En las últimas semanas el embalse de Mazar ha experimentado un drástico descenso de su reserva de agua, producto de la prolongada ausencia de lluvias en la sierra andina, que se encuentra en plena época seca, lo que el Gobierno ha definido como "el peor estiaje de los últimos 61 años".
Dentro de las instalaciones de la hidroeléctrica, el personal de las Fuerzas Armadas recibió una capacitación sobre la operación general de la instalación con la presencia del ministro de Energía y Minas, Antonio Gonçalves, junto con autoridades de la estatal Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
"El trabajo del personal militar será apoyar en la central hidroeléctrica durante la emergencia energética que atraviesa el país", según precisó el Ejército ecuatoriano a través de sus canales oficiales.
El ingreso de los militares a Mazar se dio por instrucción del presidente, Daniel Noboa, que ordenó a las Fuerzas Armadas custodiar e incluso operar la infraestructura energética clave del país para evitar posibles sabotajes, ante esta nueva crisis energética que ha llevado al Gobierno a decretar apagones en todo el país durante varias noches de esta y de la próxima semana.
Los apagones han sido anunciados entre las 22:00 hora local (3:00 GMT) y las 6:00 hora local (11:00 GMT). El primero tendrá lugar este miércoles y los siguientes se darán entre el lunes y jueves de la próxima semana, según lo estipulado por el Ejecutivo.
Para el apagón de este miércoles también se ha decretado un toque de queda en los territorios (seis provincias y un municipio) que se encuentran bajo el último estado de excepción emitido por Noboa para enfrentar a las bandas del crimen organizado, por las que a inicios de año declaró el "conflicto armado interno".
Este es el tercer periodo de apagones que soportará Ecuador en menos de un año, tras uno acontecido a finales de 2023 y otro que se dio a mediados de abril de este año.
A diferencia de esos periodos anteriores de racionamientos de electricidad donde los cortes del fluido se dieron durante el día en distintos segmentos horarios y en diferentes zonas, esta vez abarcarán a todo el país al mismo tiempo y se realizarán durante la noche.
Se calcula que cada hora de racionamiento eléctrico provoca en el país pérdidas por unos 12 millones de dólares.
A inicios de este mes hubo un apagón en once de las veinticuatro provincias de Ecuador que duró varias horas debido a un fallo registrado en la central hidroeléctrica de Paute, según informó el estatal Operador Nacional de Electricidad (Cenace).