Las emisiones de dióxido de carbono por incendios en la Amazonía brasileña crecen un 60 %

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Río de Janeiro, 17 sep (EFE).- Los incendios desatados entre junio y agosto en la Amazonía brasileña emitieron 31,5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente, un volumen 60 % superior al registrado en el mismo período del año pasado.

Los datos corresponden a un estudio divulgado este martes por el Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (Ipam), ONG que integra el Sistema de Estimativas de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG) del Observatorio del Clima, que desde 2013 publica anualmente los datos de gases contaminantes en Brasil.

Según la organización, el volumen de emisiones en el bioma en tres meses es casi el mismo que Noruega emana en un año.

El área analizada incluyó los 2,4 millones de hectáreas de bosques, campos y pastizales que fueron devastados por las llamas en la más extensa selva tropical del planeta.

Solo en lo que respecta a los bosques, de los que se perdieron 700.000 hectáreas por los incendios, la organización señala que fueron emitidas 12,7 millones de toneladas de CO2 equivalente, un volumen que más que duplica al del mismo período de 2023.

De acuerdo con la ONG, las emisiones del gas contaminante continuarán dándose así hayan finalizado los incendios debido a la descomposición de la vegetación afectada, lo que es conocido como emisión tardía.

Se estima que entre los próximos 5 a 10 años, unas 2 a 4 toneladas de CO2 equivalente pueden ser emitidas por este motivo, apunta el estudio.

"Lo peor es que un bosque degradado por el fuego se vuelve más susceptible a otros incendios, perpetuando el ciclo de degradación y de emisiones", explicó Ane Alencar, directora de Ciencia del Ipam.

Los incendios que se han extendido por la Amazonía se han intensificado este año por la sequía que se vive en el bioma y en el país.

Brasil sufre actualmente la peor sequía desde 1950, una situación que afecta a más de la mitad del territorio nacional, según el Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Catástrofes Naturales (Cemaden).

Las causas son el resultado de la combinación de una serie de factores como el calentamiento global, que ha desequilibrado el clima, y las transformaciones en el uso del suelo, que han degradado la vegetación, una fuente importante de humedad.

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