Lukashenko indulta a otras 37 personas condenadas por extremismo en Bielorrusia

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha concedido este lunes un nuevo perdón a 37 personas condenadas por extremismo, unos cargos impuestos a menudo contra voces críticas con el Gobierno o participantes en manifestaciones antigubernamentales, según denuncian organizaciones de Derechos Humanos. Si bien no trascendido detalles sobre las identidades de los beneficiarios, el presidente ha confirmado que se trata de 31 hombres y seis mujeres, según un decreto difundido por la agencia de noticias BelTA. Asimismo, el texto señala que todos ellos presentan enfermedades crónicas, alguna discapacidad o son personas de edad avanzada --requisitos generalmente fijados por el Gobierno para proceder con este tipo de indultos--. Los beneficiarios de esta decisión han dicho arrepentirse de sus actos y han pedido una segunda oportunidad para ser puestos en libertad. La principal dirigente opositora, Svetlana Tijanovskaya, que vive en el exilio ha recordado este mismo lunes el caso de algunos opositores que han pasado años en prisión. Así ha recordado el caso de Irina Shchasnaya, que "se encuentra ahora en Polonia y ha logrado reunirse con su familia" tras pasar "cuatro años entre rejas simplemente por administrar una cuenta en Telegram". "No dejo de pensar en todas las mujeres que siguen detenidas de forma injusta, sometidas a condiciones humillantes en prisiones del régimen", ha recalcado Tijanovskaya en un mensaje difundido a través de X. Lukashenko ya firmó a principios de septiembre y mediados de agosto otros dos indultos de unas 30 personas condenadas por "delitos relacionados con las protestas", cuatro años después de las masivas movilizaciones contra su controvertida reelección en las urnas para un nuevo mandato, el sexto desde que el país se separó de la Unión Soviética. El mandatario se hizo con la victoria con el 80 por ciento de los votos, lo que derivó en una oleada de protestas para denunciar los resultados. Las fuerzas de seguridad reprimieron con dureza las movilizaciones en medio de las críticas internacionales a los comicios y la aplicación de sanciones contra Minsk.