El diseñador colombiano Hernán Zajar ilustra Mompox a través de sus vestidos

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Mompox (Colombia), 16 sep (EFE).- "Las baldosas de esta casa, los árboles de cañaguate (árbol poblado de flores amarillas) que veía desde esta ventana, las mujeres arrojando flores al río... todo me sirvió de inspiración para diseñar mis colecciones", reflexiona el diseñador colombiano Hernán Zajar, quien ilustra su natal Mompox en sus vestidos para rendirle homenaje a la calles que lo vieron nacer y crecer.

La casa en la que Zajar se hospeda cada vez que regresa a Mompox pertenecía a su tía Ana antes de convertirse en un Hotel Boutique a la orilla del río Magdalena: “En esas baldosas aprendí yo a gatear”, explica a EFE sentado en el alféizar de la gran ventana con barrotes por la que se cuela el calor del mediodía momposino.

El artista destaca un vestido con la forma de una tradicional mecedora momposina, en la que se recostaba la mujer que le cuidaba, y asegura: "No necesito haber estado en Europa o en ninguna ciudad del mundo, aquí mismo (en Mompox) hay mucha historia que contar".

Otra de sus inspiraciones fue una mujer del pueblo a la que llamaban "Juana la loca", que ahora pone nombre a uno de sus vestidos, al que califica como "dramático" y "teatral", y agrega que cada vestido "habla por sí solo" por su diseño y sus materiales y cuenta la historia de un personaje o un lugar de Mompox.

Su atuendo contrasta con el estilo colonial de la casa, común en toda la localidad en la que el blanco de las viviendas y el amarillo y rojo de las iglesias uniforman la preciosa estética que dota a Mompox de su título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Desde su primer vestido, elaborado en 1986, hasta el último que ha confeccionado, todos cuentan cosas de Mompox, en el departamento de Bolívar. Todo empieza y acaba aquí; y el diseñador no malgasta ni una sola oportunidad para elogiar su pueblo, a la vez que afirma que tiene visión de futuro para este.

El diseñador, además, siempre trabaja con artesanos locales, que han colaborado tanto en el diseño como en la elaboración de sus prendas.

Desde estampados a mano y tejidos bordados minuciosamente, hasta los propios bocetos de los vestidos, dibujados por un artesano momposino, Zajar cuenta con artistas de diversos pueblos de Colombia como indígenas embera y wayuu, con los que trabaja y experimenta todo tipo de materiales.

"Mis artesanos y yo estamos muy involucrados con el tema de la sostenibilidad y hacemos economía circular", agrega el diseñador mientras enseña un adorno de saxofón que lleva en su camisa, confeccionado, según explica, con telas y materiales reciclados que hubieran sido desechados.

Con motivo del Festival de Jazz, al que acude cada año y cuya décima edición acaba de concluir, elaboró varios de estos broches para regalar y vender como souvenirs y evitar perder todos esos materiales.

De hecho, el pasado viernes fue condecorado por el Gobernador de Bolívar, Yamil Arana, y una retrospectiva de su trabajo presiden la Casa de la Cultura de Mompox, con 14 vestidos seleccionados por él mismo que ilustran su infancia a través de recuerdos plasmados en forma de moda.

Eva García González

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