La sequía en Grecia golpea a la agricultura y pone en peligro a ecosistemas protegidos

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Diego Sáez Papachristou

Atenas, 15 sep (EFE). - Grecia enfrenta una sequía inédita que ha secado lagos de ecosistemas protegidos y reducido a la mitad la producción agrícola en varias regiones del país, agravada por la falta de infraestructuras adecuadas para gestionar los recursos hídricos.

"La escasez de agua que sufrimos se debe a las muy reducidas precipitaciones de los últimos tres años, pero también a una mala gestión", cuenta a EFE Konstantinos Vuduris, profesor de Hidrogeología en la Universidad de Tesalónica.

Según el experto, las precipitaciones han disminuido durante este período entre un 20 y un 30 % en ciertas zonas del país y, al mismo tiempo, los días de lluvia se han reducido considerablemente.

"El agua que cae anualmente puede caer solo en unos días. Si no tienes la infraestructura necesaria, estas lluvias provocan inundaciones en las que el agua dulce queda desaprovechada y termina en el mar", remarca Vuduris.

Obras estancadas 

En la región griega de Corinto, situada a 78 kilómetros al oeste de Atenas, agricultores se manifestaron el pasado lunes para exigir que se termine la construcción de una presa en el río Asopos, paralizada desde hace años, y que tendría una capacidad de almacenamiento de 30,2 millones de metros cúbicos de agua.

La construcción de otras presas en la región de Kastoriá, en el norte de Grecia, y la isla de Eubea, ubicada al norte de Atenas, también están estancadas.

A pesar de contar con estudios sobre el impacto medioambiental de otras infraestructuras en todo el país, sus construcciones aún no han empezado.

Además del aumento en la capacidad de almacenamiento, otro factor importante para mitigar la crisis hídrica es el ahorro del agua.

Según Vuduris, algunas redes de suministro de agua potable o de riego en Grecia pierden hasta el 50 % de este recurso, muy por encima del "límite aceptable" en la Unión Europea, que oscila entre el 10 y el 15 %.

Asimismo, en contraste con países como España, Chipre o Israel, el país heleno no reutiliza sus aguas residuales tratadas para el riego de cultivos, pese a que la agricultura es responsable del 85 % del agua consumida en el país.

Duro golpe a la producción agrícola 

"Nuestra producción agrícola se redujo este año en más de la mitad", detalla a EFE Emanuíl Kurletakis, teniente de alcalde del municipio de Minoa Pediada, situado en el centro de la isla de Creta.

En esta zona, en la que predominan los cultivos de olivo y plantas de vid, también se ha visto seriamente afectada la ganadería.

"El agua en los pozos se está agotando y no hay fondos para realizar nuevas perforaciones, estamos en una situación lamentable", señala Kurletakis.

Además de Creta, varias regiones de la península del Peloponeso, al oeste de la capital, vieron su producción agrícola reducida a la mitad este año debido a la sequía.

Zonas protegidas en peligro 

El pequeño lago salado de Pikrolimni, ubicado en la región septentrional de Kilkís y parte de la red Natura 2000, desapareció por completo este verano, destruyendo el hábitat de aves como el esmerejón y el aguilucho pálido.

"El nivel del agua de este lago siempre se reducía durante el período estival, pero ahora ha desaparecido por completo", cuenta Kostas Terzenidis, periodista y editor del periódico local Eidiseis.

A unos kilómetros más al norte se encuentra el lago de Doiran, compartido entre Macedonia del Norte y Grecia, que también se ha visto afectado.

"La orilla en el lado (oriental) griego ha retrocedido unos 100 metros", señala Terzenidis, lo que pone en peligro esta zona protegida que da refugio temporal a 36 especies raras de aves, como la garceta o el pelícano plateado.

Mientras, la sequía ha causado que agua salada del mar entre en el delta del río Evros, en la frontera natural con Turquía, lo que amenaza a una población de unos 250 caballos salvajes.

 "A finales de julio nos dimos cuenta de que los caballos tomaban agua salada porque no había en ningún lado agua dulce", explica a EFE Nikos Musunakis, que lidera una iniciativa para crear puntos de agua potable para estos animales.

Tras desplazar al lugar unos 300 bidones de agua potable, los animales inmediatamente se acercaron para beber, según indica Musunakis.

Sin embargo, seis caballos fueron encontrados muertos por deshidratación, y el resto "no se ha recuperado todavía", apunta. EFE

dsp/msg/wr/amg

(foto)(video)

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