Nairobi, 15 sep (EFE).- El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, quien dirige el país con mano de hierro desde 1986 y es uno de los gobernantes más longevos de África, cumplió este domingo 80 años con una fiesta multitudinaria que le dedicaron miles de simpatizantes.
Museveni celebró su cumpleaños en la iglesia católica de Kijjaguzo, en el distrito de Nakaseke (centro de Uganda), adonde llegó ataviado de su inseparable sombrero, camisa verde, pantalón oscuro y la mascarilla que aún lleva en público pese al fin de la pandemia de covid-19.
Acompañado de la primera dama y ministra de Educación y Deportes, Janet Museveni, el jefe del Estado saludó a miles de admiradores que se dieron cita en los terrenos eclesiales, donde líderes religiosos dieron sus bendiciones al mandatario y grupos musicales dedicaron canciones al octogenario presidente.
"Doy gracias a Dios por mi vida, por todos estos 80 años. Agradezco a mis padres por criarme y agradezco a mamá Janet por brindarme una familia tan grande", afirmó Museveni, en declaraciones recogidas por el diario público New Vision.
El presidente ugandés cortó una enorme tarta de cumpleaños de al menos siete pisos que repartió entre sus seguidores, muchos de los cuales lucían camisetas amarillas que tenían plasmada una foto de un sonriente Museveni y una dedicatoria de feliz cumpleaños.
"Hoy no hemos venido aquí para pelear sino para celebrar, esperad el día que vuelva aquí, pelearemos con los que nos molestan", dijo el mandatario, en una aparente alusión a sus detractores.
Museveni es presidente de Uganda desde el 29 de enero de 1986, cuando tomó el poder tras liderar una guerra de guerrillas contra los gobiernos de Milton Obote y Tito Okello.
En 1986, tras cinco golpes de Estado, una guerra civil de un lustro y regímenes que asesinaron a decenas de miles de personas para acallar a sus opositores, Uganda era una de las naciones más pobres del planeta.
Museveni prometió entonces restablecer la democracia, construir un gobierno de base amplia, y transformar la economía hasta conseguir una nación industrial, moderna y autosuficiente.
Con políticas neoliberales y el apoyo de países extranjeros, el veterano líder consiguió mantener a Uganda entre las diez economías de más alto crecimiento del mundo hasta principios de la década de 2010, pero ese milagro acarreó un aumento de la desigualdad.
Sin embargo, el presidente aún conserva su popularidad en muchas regiones rurales, donde los votantes lo identifican como el único líder capaz de mantener la paz en un país con un pasado convulso.
Museveni fue reelegido en enero de 2021 tras un período electoral caracterizado por la desaparición de centenares de simpatizantes de la oposición, protestas dispersadas con munición por las fuerzas de seguridad y al menos 54 manifestantes muertos.
Mientras Museveni obtuvo el 58,6 % de los votos, el principal líder opositor, el cantante Robert Kyagulanyi, más conocido por su nombre artístico Bobi Wine, quedó en segunda posición con el 35 %.
Wine, de 42 años y que ha sufrido arresto domiciliario en el pasado, describió esos comicios como "los más fraudulentos de la historia de Uganda". EFE
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