Mario Baos
Cali (Colombia), 14 de sep (EFE).- En la mañana de este sábado las campanas de la Catedral Santiago Apóstol de Cali repicaron indicando que, por primera vez en la historia de la Iglesia Católica en Colombia, un sacerdote negro era ordenado como obispo.
Wiston Mosquera Moreno nació en 1967 en un hogar tradicional de Andagoya, en el departamento del Chocó, municipio donde dio sus primeros pasos como fundador de un grupo juvenil y donde volverá como superior eclesiástico.
Entre sahumerios, flores, ofrendas coloridas y cantos del Pacífico, la ceremonia de dos horas y media se llenó de solemnidad, incluso con la asistencia de la vicepresidenta, Francia Márquez, y más de 50 sacerdotes de las distintas parroquias por las que pasó Mosquera.
A la ceremonia también asistieron varios de sus amigos, con quienes fundó los ‘Forjadores por un Mundo Mejor’ en la parroquia El Buen Pastor, un grupo juvenil que arrebataba niños de las tentaciones de las pandillas en barrios como Charco Azul, Villa del Lago, Ricardo Balcázar o el Pondaje, en el oriente de Cali.
“Llegamos a ser 125 muchachos haciendo labor social y deporte. Hacia 1995, un sacerdote nos invitó al seminario, tres dijeron que eso no era lo de ellos, pero tres sí decidimos aceptar", explicó el religioso.
“Fui hasta la nunciatura en Roma y me dijeron: ‘padre Winston, su santidad el Papa Francisco lo acaba de designar obispo de Quibdó. Me quedé pálido y me dieron tres días para responder si aceptaba”, indicó el obispo colombiano a EFE.
El ahora obispo aseguró que “Chocó es una tierra de misión” y que por eso aceptó “el llamado de Dios".
Además, explicó que su inspiración es su mamá, María Jerónima Moreno, quien le inculcó la pasión por el servicio y lo ha acompañado por todas las parroquias que ha pasado por Jamundí, Cali y Robles, donde era conocida como “la primera dama”.
“Colombia tiene sacerdotes afro por cantidades, sin embargo, hay afros que no se identifican como tal, pues en su pasado solo han tenido abuelos o bisabuelos negros, otros, como dice mi mamá ‘se han ido destiñendo’, por eso hay tanta expectativa de un obispo negro en un territorio negro”, aseguró Mosquera Moreno a EFE.
El obispo sabe que Chocó es azotada por distintos grupos armados, pero expresó no temerles a las balas y ser un “instrumento para que se silencien los fusiles”. Su misión, continuó, estará "recorriendo ríos y las selvas" de su departamento natal.
“Hay dificultades en la zona por temas muy pesados, pero la iglesia en Colombia ha jugado un papel muy importante buscando la paz no solo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sino con todos los grupos alzados en armas que hay en el país. Cuando se requiera la ayuda del obispo de Quibdó, me vincularé sin dudarlo”, concluyó.
De hecho, la ordenación culminó con la entrega del Cristo de Bojayá, símbolo de la resiliencia de los colombianos ante la guerra.
El próximo 5 de octubre será la posesión en la catedral San Francisco de Asís en la capital del Chocó, donde se espera que las campanas sigan repicando ya que, por fin, su territorio tiene un obispo negro. EFE
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