Las inundaciones en África occidental y central dejan cuatro millones de afectados y 500.000 desplazados

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Las graves inundaciones registradas durante las últimas semanas en varias zonas de África occidental y central dejan hasta el momento cuatro millones de afectados y 500.000 desplazados, según ha indicado este viernes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que ha advertido de que se prevén crecidas "aún peores" durante lo que queda de año, lo que podría empeorar la situación de los habitantes de estas regiones. Las inundaciones, que se extienden en la franja que va desde Liberia hasta Nigeria y que afectan también a zonas de África central, han causado además la destrucción de más de 300.000 viviendas. La rotura esta semana de una presa en el noreste de Nigeria ha inundado parte de la capital del estado de Borno, Maiduguri, con unos 200.000 damnificados. "Se prevén crecidas fluviales aún peores para finales de año, lo que podría agravar la situación de los niños, las niñas y las familias de la región", ha dicho el director regional de UNICEF para África occidental y central, Gilles Fagninou, quien ha sostenido que "los fenómenos meteorológicos severos impactan cada vez más en esta región, haciendo el entorno más difícil para unos niños que ya se están afrontando dificultades a la hora de hacer realidad sus derechos básicos a la supervivencia, la seguridad y la educación". Las inundaciones en esta zona del continente, que han tenido un impacto superior a las del año pasado --cuando dejaron 692.000 damnificados a estas alturas del año, si bien al finalizar 2023 la cifra aumentó a 4,5 millones-- han causado además daños en más de 60 escuelas y trece centros de salud, lo que ahonda el impacto sobre la población residente. En Chad, uno de los países más golpeados, las lluvias han causado inundaciones desde finales de julio, con casi 1,5 millones de personas afectadas, 145 muertos y la destrucción de 70.000 casas, según las autoridades. La situación dificulta además a la entrega de ayuda humanitaria en la región sudanesa de Darfur, al otro lado de la frontera, en medio de la guerra civil desatada en abril de 2023. UNICEF ha destacado que sus actividades en Chad han incluido la construcción de letrinas para 2.200 personas y la rehabilitación de puntos de agua para 3.000, mientras que se distribuyeron suministros domésticos esenciales a unas 1.000 personas, así como alimentos terapéuticos para niños y niñas menores de cinco años. Además, el organismo está apoyando el registro de las personas afectadas en los lugares de reubicación en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al tiempo que trabaja con la Cruz Roja de Chad para distribuir suministros como tiendas de campaña, colchonetas de plástico, mantas, ropa y zapatos. En el caso de Nigeria, UNICEF está desplegando suministros de salud y agua, saneamiento e higiene en las zonas afectadas por las inundaciones, mientras que en Malí ha entregado artículos domésticos y sanitarios de emergencia, ha desplegado clínicas móviles de salud, ha establecido espacios acogedores para los niños y ha aumentado los mensajes comunitarios sobre higiene y saneamiento. Por su parte, la oficina de UNICEF en Níger --donde hay unos 650.000 damnificados-- está distribuyendo kits contra el paludismo para cubrir las necesidades de 22.000 personas, así como suministros para el tratamiento del agua, 900.000 pastillas de jabón y artículos domésticos esenciales, y construyendo 150 letrinas de emergencia. Se calcula que 650.000 personas se han visto afectadas por las inundaciones. Por ello, el organismo ha indicado que necesita urgentemente seis millones de dólares (unos 5,4 millones de euros) en fondos flexibles de emergencia para llegar a los niños y familias más vulnerables afectados por las inundaciones en la región de África occidental y central.

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