Vecinos del centro de Lisboa piden más seguridad y alertan del impacto en el turismo

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Lisboa, 12 sep (EFE).- El céntrico barrio de la Mouraria y sus alrededores son conocidos por todos los que han visitado Lisboa por su ambiente y arquitectura, pero los vecinos de la zona denuncian otra cara que piden que desaparezca, la falta de seguridad, que dicen que ya afecta al turismo.

Robos, consumo de drogas o ruido excesivo son algunos de los sucesos a los que se enfrentan especialmente tras la pandemia, afirma la Junta Municipal de Santa Maria Maior, a la que pertenece este barrio, que habla de una "zona crítica" dentro de una ciudad "muy segura".

Mientras tanto, la Policía garantiza que la criminalidad ha bajado en los últimos meses en esta zona.

Una de las vecinas que pide más seguridad es Ana Monteiro, una jubilada de 68 años que lleva 49 viviendo en el barrio y que ha sufrido varios robos en dos años.

El pasado junio, en la popular Praça da Figueira, vio en el reflejo de un escaparate cómo un hombre le intentaba abrir la mochila en plena tarde, aunque, al girarse, el sospechoso se fue corriendo con las manos vacías.

"Es muy difícil vivir allí. A partir de las cinco de la tarde ya no se puede salir", asegura a EFE.

A su juicio, faltan policías, pero no cree que las autoridades municipales vayan a resolver la situación.

"No puedo hacer nada", insiste Ana, quien augura que en el invierno, cuando oscurece más temprano, será peor.

Otro vecino que no quiere decir su nombre explicó a EFE que su familia, de origen extranjero, tiene tiendas de tecnología y un restaurante desde hace más de 20 años en la Mouraria que ya han sido afectados por este aumento de inseguridad.

Él mismo, con 34 años, creció en el barrio y ha notado "una gran diferencia".

Asegura que en las tiendas de tecnología les roban objetos cada mes y en una ocasión rompieron los ventanales del restaurante.

En junio, añade, su madre dejó la puerta de casa abierta sin supervisión y, "en un espacio de unos cinco o diez segundos, intentó entrar un individuo" que fue frenado por su perro.

Otra comerciante extranjera de la Mouraria que tampoco quiere ser identificada explica a EFE que, en su caso, ha tenido que contratar un sistema de seguridad.

Estos dos empresarios explican que en los últimos tres años han tenido más dificultades para encontrar empleados y tienen menos clientes.

Los vecinos afirman también que ya no denuncian a la Policía por miedo o porque no dan una respuesta eficaz.

Las quejas vienen respaldadas por el presidente de la Junta Municipal de Santa Maria Maior, el socialista Miguel Coelho, que pide desde hace semanas al Ayuntamiento y a la Policía que aumenten la videovigilancia, se refuerce el control policial y se limiten los horarios de venta de alcohol, entre otras medidas.

En respuesta a EFE, Coelho añade que varios comerciantes, profesionales de animación turística y hostelería le han comunicado que "hay cada vez una preocupación mayor con la seguridad" entre los viajeros.

"Ciertos profesionales y empresas desaconsejan la visita a algunas zonas del distrito municipal en ciertas horas del día. No es admisible y tendrá consecuencias", continúa, en referencia a que puedan disminuir los visitantes en el futuro.

Además, este mes desde la junta han invitado a los vecinos a firmar una carta contra la instalación de un 'hotel social', un alojamiento de emergencia para personas de especial vulnerabilidad, al alegar que el Ayuntamiento debería repartir por más lugares de la ciudad las infraestructuras de apoyo.

El comisario Artur Serafim, portavoz de la Policía de Seguridad Pública (PSP) en Lisboa, refiere a EFE que, según sus datos -sin precisar cifras-, en lo que va de año "tanto la criminalidad general como la criminalidad violenta y grave disminuyeron" en comparación a 2023.

Alega también que puede haber aumentado la sensación de inseguridad porque cada vez hay más habitantes extranjeros, lo que podría hacer sentir más vulnerables a los residentes habituales, y matiza que más policías en la calle no tienen por qué ser sinónimo de mayor tranquilidad ciudadana.

Sin querer asociarlo directamente a los robos y violencia, indica que la Mouraria es "históricamente" conocida por el tráfico de droga y de difícil control debido a que es mayoritariamente peatonal, pero ya hay intervenciones a varios niveles contra los estupefacientes.

Defiende también que los vecinos deben denunciar para que las autoridades puedan actuar.

Cuestionado por la situación, el Ayuntamiento dijo a EFE no estar disponible para hablar, aunque en julio el alcalde, Carlos Moedas, defendió que son necesarios más policías en las calles, algo que, alegó, tendría que gestionar el Gobierno.

Carlota Ciudad

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