Beirut, 12 sep (EFE).- Al menos dos personas murieron este jueves a causa de un bombardeo presuntamente israelí contra un vehículo que circulaba por la provincia de Quneitra, en el sur de Siria y fronteriza con los Altos del Golán ocupados por Israel, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El coche fue alcanzado en la carretera que une Quneitra con Damasco y quedó destruido por el impacto de los misiles, que mataron a al menos dos personas, según un comunicado de la ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Entre las víctimas hay una "figura militar" que viajaba a bordo del vehículo, afirmó el Observatorio, sin ofrecer detalles sobre su identidad ni posible afiliación a algún grupo armado.
De acuerdo con la nota, el ataque se produjo al este de la localidad de Khan Anarbeh, en la altamente sensible divisoria con los Altos del Golán, que el Estado judío arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días en 1967 y más tarde se anexionó de forma unilateral.
En los últimos meses, Israel ha perpetrado varios ataques selectivos contra vehículos en la carretera Damasco-Beirut, el último de envergadura a finales de agosto, cuando murieron tres miembros de la Yihad Islámica Palestina (YIP) y uno del grupo chií libanés Hizbulá a pocos kilómetros de la frontera con el Líbano.
Hace una semana, en el extremo opuesto del país, un camión con armas supuestamente perteneciente a la Guardia Revolucionaria iraní fue alcanzado por un dron a las afueras de la ciudad de Al Bukamal, en el este de Siria y cerca de la frontera con Irak, según organizaciones locales.
En paralelo a esta campaña de ataques selectivos, Israel sigue bombardeando asiduamente objetivos del Ejército sirio y de las milicias proiraníes que le apoyan.
Durante la noche del pasado lunes, varias tandas de acciones aéreas israelíes causaron 18 muertos en la provincia norocciental de Hama, según el último balance oficial, aunque el Observatorio ofreció una cifra bastante más alta y afirmó que muchos de los fallecidos trabajaban con las milicias proiraníes. EFE
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