Madrid, 12 sep (EFE).- Los sistemas alimentarios insostenibles son la gran amenaza para la naturaleza y la salud humana, según destaca WWF, en un informe, que ha clasificado las acciones locales de más impacto en cien países, para ofrecer frente a la crisis, los mayores beneficios a las personas y al planeta, en el menor tiempo posible.
El documento "Great Food Puzzle" (El Gran Puzle Alimentario) revela cómo las soluciones locales, basadas en la ciencia y adaptadas a contextos nacionales específicos, son fundamentales para abordar el impacto del sistema alimentario mundial sobre la naturaleza y el clima.
La implantación de cadenas de suministro respetuosas con la naturaleza, las soluciones de alta tecnología para reducir los riesgos hídricos o la promoción de alimentos tradicionales sostenibles son algunas de las medidas planteadas para abordar esta crisis global alimentaria.
La compleja red de actividades que implica la producción, así como el procesamiento, el transporte y el consumo de alimentos provocan importantes impactos globales en la naturaleza, según la investigación.
El informe clasificó las acciones de mayor impacto en cien países tras clasificarlos en seis tipos de sistemas alimentarios, en función de sus respectivas características medioambientales y socioeconómicas.
Por ejemplo, según el documento, la necesidad de desarrollar cadenas de suministro beneficiosas para la naturaleza se identifica como una prioridad en varios países.
En el caso de Ecuador se ha trabajado con comunidades indígenas para fortalecer las prácticas tradicionales de producción de cacao, implementando un sistema de trazabilidad libre de deforestación y garantizando que los agricultores obtengan una precio justo para los granos y productos derivados.
Según Brent Loken, científico jefe de alimentación mundial de WWF, "los sistemas alimentarios son extremadamente complejos y dependen de muchos factores, como el patrimonio cultural, los valores y los contextos locales".
El planteamiento del "Gran Puzle Alimentario" se dirige a todas las partes interesadas para identificar acciones con base científica basadas en el contexto local, para "aportar los mayores beneficios para las personas y el planeta en el menor tiempo posible".
No existe un bloque único de intervenciones políticas recomendadas a escala mundial, pero en general, los países deben "optimizar el uso de la tierra y restaurar la biodiversidad, mejorar la educación y los conocimientos sobre dietas saludables y sostenibles, y rediseñar las subvenciones y los incentivos financieros", según la investigación.
En países como México, China, Emiratos Árabes Unidos, España y Sudáfrica, el mayor potencial para mejorar el sistema alimentario pasa por adoptar métodos de alta tecnología.
Aunque existe ya en ellos una industrialización "significativa" de sus sistemas alimentarios, se exponen por otra parte a los niveles más altos de riesgo hídrico, particularmente por los impactos del cambio climático.
En esos casos, podrían ser de "gran relevancia" métodos de alta tecnología para preservar el acceso al agua limpia y segura, el uso de entornos controlados para producción de alimentos o la desalinización del agua salada para riego.
En países como EE.UU, Reino Unido, Países Bajos, Alemania y Japón el mayor potencial para sus sistemas alimentarios pasa por fortalecer compromisos sobre regulaciones o acuerdos pendientes todavía de implementar, y no tanto por desarrollar nuevas soluciones.
En otros territorios el mayor potencial está en la promoción de alimentos tradicionales (nueces, legumbres y cereales nutritivos); es el caso de Etiopía, Filipinas y Vietnam, y asimismo de otros como México, Sudáfrica y China.
Muchos de esos países están dando la espalda a sus tradicionales culturas alimentarias saludables y sostenibles y están incrementando el consumo de alimentos ultraprocesados y de origen animal.