El Rey Juan Carlos, recibido con aplausos en el funeral de su sobrino Juan Gómez-Acebo

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Día especialmente emotivo para la Familia Real, que este domingo se ha dado cita casi al completo para recordar al hijo de la infanta Pilar, Juan Gómez-Acebo, en el funeral que ha tenido lugar en la Catedral Castrense de Madrid. A punto de cumplirse dos meses de su última visita a España, el Rey Juan Carlos ha regresado a nuestro país para dar su último adiós a su sobrino, que falleció el pasado 12 de agosto en Palma de Mallorca a causa de un cáncer, y con el que el Emérito tenía una relación muy especial. Los alrededores de la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas se han llenado de curiosos para presenciar el reencuentro de los Reyes Felipe y Letizia con el resto de su familia, que como no podía ser de otra manera han querido arropar a Simoneta, Bruno y Beltrán Gómez-Acebo en la misa en honor a su hermano. Además de sus Majestades y Don Juan Carlos, han asistido la Reina Sofía, la infanta Cristina con sus hijos Pablo, Miguel e Irene Urdangarín, y Victoria Federica y Froilán, destacando especialmente las ausencias de la Princesa Leonor -inmersa en su formación castrense en la Escuela Naval de Marín-, la infanta Sofía -que se encuentra en Gales-, y la infanta Elena, que ha acudido en representación de la Familia Real a la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos en París. Una cita muy señalada a la que el Rey Juan Carlos, que llegó a Madrid el viernes y que ha elegido un exclusivo hotel para alojarse durante su visita en lugar del Palacio de La Zarzuela -que dejó de ser su residencia cuando se marchó a Abu Dabi en agosto de 2020-, ha acudido en solitario y en la que ha sido recibido con aplausos por parte de las decenas de personas que se agolpaban en el lugar. Algunos, incluso, han lanzado espontáneos vítores al grito de '¡Viva el Rey!' que el monarca ha agradecido deteniendo sus pasos y saludando con una gran sonrisa antes de reencontrarse a las puertas de la iglesia con sus sobrinos Simoneta y Bruno, su hija doña Cristina, y sus nietos Miguel, Pablo e Irene, muy atentos a la expectación que ha creado la aparición de su abuelo, cuyas visitas a España se han normalizado completamente.

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