Madrid, 8 sep (EFE).- La reconciliación de los hermanos Gallagher, la espina dorsal de la banda británica Oasis, ha agitado el mundo de la música tras años de nula relación personal, desplantes públicos, insinuaciones e incluso amenazas. Sin embargo, esta no es la única relación tormentosa de hermanos en la historia de la música.
The Kinks, la banda de los hermanos Davies, es un clásico de este tipo de enfrentamientos. Su dilatada carrera viene marcada por la relación agitada del genio creativo Ray, autor de canciones como 'Waterloo Sunset' o 'Sunny Afternoon', y su hermano y antagonista Dave, el líder desbocado y guitarrista, responsable del sonido rasgado de su primer sencillo 'You really got me'.
Ray y Dave, no obstante, mantuvieron con vida a The Kinks durante décadas, a pesar de momentos especialmente tensos, como fue la grabación de la película de Ray Davies 'Return to Waterloo' en 1983.
La banda británica se disolvió en 1996 finalmente, los hermanos rompieron y no se dirigieron la palabra durante años. Son continuos los rumores de reencuentro, aunque Dave, en una entrevista con The Daily Telegraph en 2011, manifestó el amor por su hermano, aunque no soportaba estar con él, así que sería "una reunión muy corta".
Otra mítica banda de los sesenta, The Beach Boys, estaba formada por un núcleo familiar, no solo por los tres hermanos Wilson, sino también por su primo, Mike Love, que no fue ajeno a las tensiones.
La salud mental de Brian Wilson, productor y compositor, en parte como consecuencia de la obsesión por superar a The Beatles, fue una fuente constante de problemas dentro de la banda durante toda su historia, con Carl asumiendo el papel de Brian durante periodos extensos.
Brian comenzó a sufrir episodios de obesidad, depresión y adicción a las drogas y encontró apoyo en el psicólogo Eugene Landy, quien empezó a controlar su vida como mentor y confidente, mientras se apropiaba de la fortuna del músico californiano. A finales de los setenta, Wilson dejó el papel esporádico que tenía en la banda para volver definitivamente a los escenarios.
La muerte de Dennis en 1983 logró calmar una relación que se degradaba conforme avanzaba la década, con denuncias a Landy (que a la postre fue condenado y con la retirada de su licencia como psicólogo incluida) y una demanda millonaria de Love a Brian Wilson por derechos de autor.
La muerte de Carl Wilson de cáncer de pulmón en 1998 no acabó del todo con la banda, que durante el siglo XXI contó con reuniones testimoniales, reediciones de sus álbumes clásicos y giras que terminaron por erosionar la salud de Brian. Este fue declarado incapaz legalmente en febrero de 2024 por demencia.
Uno de los dúos de hermanos más emblemáticos de la música es Carpenters. Karen, cantante y batería, murió víctima de la anorexia nerviosa fruto de la presión de sus padres y de su hermano y compañero de grupo, Richard.
Tras el éxito como dúo, Richard se negó a apoyar el trabajo en solitario de su hermana, por miedo a que eclipsara su carrera como grupo y pusiera fin a su trabajo juntos, lo que supuso un golpe duro para la cantante, que no llegó a publicar su álbum en solitario.
Pese a no ser una relación tan complicada como los casos anteriores, la presión familiar y social agravó la anorexia que acabó con la vida de Karen en 1982, a los 32 años, y supuso el abrupto final de la banda estadounidense.
En la música española, el ejemplo más claro es el del trío Mecano, cimentado en la relación profundamente competitiva entre Nacho y José María Cano, con peleas constantes entre las que tuvo que trabajar la cantante Ana Torroja.
En pleno apogeo del grupo, en los años ochenta, raramente coincidían en el estudio y se cronometraba el tiempo de música de cada compositor hasta que fuera exactamente el mismo. Era tal la confrontación, que incluso se negaban a compartir automóvil.
Su relación musical terminó en 1998 cuando José María abandonó el grupo repentinamente en una entrega de premios, y Nacho y Ana Torroja iniciaron sendas carreras en solitario.
Guillermo Vázquez