Los apagones y las averías avivan los problemas de suministro de agua en Cuba

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La Habana, 7 sep (EFE).- “¡Entró el agua!”, gritan los vecinos del barrio de Jacomino en San Miguel del Padrón y comienzan a saltar de alegría. Llevan cuatro días esperando por el preciado líquido en esta humilde comunidad al este de la capital cubana.

De la algarabía pasan a la resignación en cuestión de minutos porque ahora entran en una carrera contrarreloj antes de que se vaya el agua otra vez.

Las autoridades locales achacan la crisis del agua a los apagones –fruto de la crisis energética- y a las averías en los equipos de bombeo y en las redes hidráulicas. Precisamente, un apagón el pasado jueves provocó una rotura en las instalaciones que abastecen de agua a la capital cubana por el que cerca de la mitad de la población de La Habana quedó temporalmente sin suministro.

“Esto es criminal, ahora dicen (las autoridades) que es por una rotura, pero lo del agua es de años”, se queja a EFE Deisy Lubis Pérez, mientras almacena agua en su tanque de plástico.

Esta ama de casa de 60 años relata que entre los propios vecinos “resuelven como pueden” y, si tienen suerte, las autoridades “mandan alguna pipa” (camión cisterna) con agua potable.

“Hay que sacar el agua de una cisterna con cubos. Hace años que no entra el agua aquí y nadie arregla nada”, resume molesta una joven -que prefiere no decir su nombre- tras bajar a la calle a por agua con un cubo de plástico en una mano y su bebé en el otro brazo.

Lucía Hernández, una jubilada que lleva más de la mitad de su vida en Jacomino, lamenta que “hasta la delegada del Poder Popular (responsable de distrito) se ha quejado y no ha recibido respuesta”.

“Esta situación es crítica. Ahora porque hubo una rotura en una cuenca según vi en la televisión, pero cuando no es una cosa, es otra”, señala.

600.000 afectados

La imagen de personas cargando cubos con agua o pipas abasteciendo es habitual en La Habana, donde más de 130.000 personas carecen de un acceso adecuado. La situación ha provocado protestas, como las que se registraron esta semana cerca de Jacomino, en el mismo municipio de San Miguel del Padrón.

A nivel nacional, suman 600.000 las personas afectadas por la falta de agua, según cifras del estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), cerca del 7 % de la población total.

La cifra, publicada esta semana en el diario oficial Granma, representa también un incremento del 25 % frente a noviembre del año pasado, cuando el INRH habló de 450.000 afectados.

Fuera de La Habana, la situación es compleja también. Las provincias Pinar del Río y Artemisa (oeste), Villa Clara y Cienfuegos (centro), Santiago de Cuba y Granma (este) presentan una cifra superior a 30.000 personas sin abastecimiento de agua cada una.

Uno de los casos más críticos se reportó en Caibarién (centro), donde hace 20 días no llega el agua por varias averías, según la prensa oficial local. Las autoridades han incluido el agua embotellada en la libreta de abastecimiento (cartilla de racionamiento) de esa localidad.

"La situación se encuentra muy crítica en este municipio donde se encuentran afectados 34.780 habitantes, un hospital, más los demás centros que dan vitalidad", reconoció la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en esa zona.

La crisis energética, con prolongados apagones diarios por todo el país, agrava la situación porque con los cortes se detienen las bombas y, cuando regresa la corriente, se precisan varias horas para volver a poner en marcha los equipos, que sufren roturas además con las oscilaciones del flujo eléctrico.

También afecta la intensa sequía en algunas zonas del país y las repetidas averías en las redes hidráulicas, con una falta crónica de mantenimientos pese a las inversiones recientemente prometidas por el Gobierno para paliar la “compleja” situación.

Entre esas medidas figura la ejecución de 206 obras hidráulicas, entre inversiones y acciones de mantenimiento, y la adquisición de unos 1.390 equipos de bombeo.

Mientras tanto, el malestar de los ciudadanos sigue ante la falta de agua potable en un país tan caluroso.

Laura Bécquer

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