Ginebra, 6 sep (EFE).- La ONU instó este viernes a aumentar los fondos para financiar la ayuda a las miles de millones de personas afectadas por las graves inundaciones que han azotado en los últimos meses varios países del continente africano como Nigeria, Chad o Camerún, así como los asiáticos de Bangladés y Yemen.
"La escala de destrucción es abrumadora y necesitamos urgentemente financiación adicional para garantizar que los más vulnerables no se queden atrás", aseguró en rueda de prensa el responsable de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Yemen, Matt Hubber.
De acuerdo con la agencia de la ONU, desde principios de agosto las inundaciones han dejado a casi 562.000 personas sin vivienda, alimentos, agua potable y otros servicios esenciales en todo Yemen, principalmente en las provincias de Ibb, Saná, Marib, Al Hodeida y Taiz, donde también se ha registrado el mayor número de muertes.
En respuesta a esta crisis y ante la previsión de nuevas lluvias torrenciales en el país, la OIM ha hecho un llamamiento por valor de 13,3 millones de dólares (11,9 millones de euros) para suministrar artículos básicos de socorro y otro tipo de apoyo humanitario a las comunidades más afectadas.
También en Asia la temporada de lluvias monzónicas se ha ensañado con el este de Bangladés, provocando las peores inundaciones del país de los últimos 34 años.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) está trabajando sobre el terreno para atender a los millones de afectados en 11 de los 64 distritos del país, incluido el de Cox's Bazar, donde cerca de un millón de refugiados rohinyás de 33 campamentos se han visto afectados.
Mientras, en África, la estación de lluvias, que se extiende dependiendo de las regiones entre abril y noviembre, ha empeorado gravemente la situación de las comunidades locales, los desplazados y los refugiados en países como Camerún, Chad, Malí, Níger y Nigeria.
La cifra de afectados hasta la fecha asciende a las 600.000 personas en el caso de Nigeria y a más de 964.000 en Chad, mientras que en Camerún son 159.000, entre ellas 50.000 refugiados, según datos de ACNUR.
Ante esta situación, uno de los portavoces de la agencia humanitaria, el guatemalteco William Spindler, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para incluir a los desplazados forzosos en los planes nacionales de respuesta ante catástrofes.
"Las inundaciones han devastado comunidades (...) afectando gravemente a las poblaciones desplazadas por la fuerza que ya vivían en condiciones precarias", aseguró el portavoz, quien pidió más financiación para garantizar que no se pasen por alto las necesidades de los refugiados y desplazados internos.