Taipéi, 5 sep (EFE).- Los salarios estancados y el aumento del coste de vida han enturbiado las perspectivas de futuro de los jóvenes de Taiwán, que, ahogados por los precios de la vivienda, los elevados índices de desempleo y la saturación del mercado laboral, encaran su presente con un creciente pesimismo.
Esta situación ha propiciado que el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) haya perdido parte del apoyo que ostentaba entre las nuevas generaciones: el actual presidente, William Lai (Lai Ching-te), prometió en su toma de posesión que mejoraría los sueldos y aumentaría el gasto social del Gobierno, con el fin de crear una sociedad en donde la juventud tenga “una visión de esperanza”.
“(Los jóvenes) no se sienten optimistas sobre su futuro porque no ven que sus ingresos estén creciendo. También afrontamos amenazas de guerra desde China, así que es posible que piensen que este será un período muy duro para Taiwán”, afirma a EFE Yang Tzu-ting, investigador asociado del Instituto de Economía de la Academia Sínica de Taiwán.
Después de experimentar un formidable ascenso entre los años 80 y 90, la economía taiwanesa frenó su ritmo de crecimiento a finales del siglo pasado, aunque no perdió el tren del desarrollo: el PIB isleño se expandió a una tasa promedio anual del 3,91 % durante los últimos veinte años, por encima de otros ‘tigres asiáticos’ como Corea del Sur (3,47 %) o Hong Kong (3,04 %).
Sin embargo, los ingresos de la población no han acompañado ese crecimiento económico, señala Yang, quien subraya que la isla lleva más de dos décadas con los “salarios estancados”.
“Los sueldos del sector de los semiconductores se han incrementado mucho, pero en otros sectores no ha habido subida, especialmente en el de servicios, en donde participa mucha gente joven”, apunta el investigador sobre los salarios de Taiwán, que el año pasado promediaron los 35.000 dólares taiwaneses (1.096 dólares) en los niveles más iniciales.
Con unos sueldos tan bajos, encontrar una vivienda se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza. Así lo evidencia el índice de precios inmobiliarios de Taiwán elaborado por la consultora Sinyi, que aumentó un 11,86 % interanual en el segundo trimestre de este año, con subidas generalizadas en los principales núcleos urbanos.
El caso más preocupante es el de Taipéi, lugar que, por su amplia oferta educativa y oportunidades laborales, atrae a jóvenes de toda la isla: alquilar un apartamento de una habitación cuesta alrededor de 815 dólares mensuales y el metro cuadrado está en unos 7.000 dólares, lo que la convierte en la sexta ciudad más cara de Asia para alquilar y en la tercera más costosa para comprar una vivienda, sólo por detrás de Hong Kong y Singapur, según datos de Global Property Guide.
“Comparándolo con los bajos ingresos, los precios de la vivienda no son asumibles”, asevera Yang, agregando que esta situación se debe, principalmente, a los bajos tipos de interés y a un programa de ayudas hipotecarias dirigido a la gente joven que, en su opinión, ha provocado que los precios se vuelvan “aún más altos”.
Asimismo, las altas tasas de desempleo juvenil (12,13 % frente al 3,34 % de la población general), sumadas al exceso de universitarios en el mercado laboral, han extendido el desánimo entre una juventud que se siente “excluida” de la conversación pública, advierte Roy Ngerng, investigador singapurense radicado en Taiwán.
Todo ello ha contribuido a que Taiwán esté atravesando una época de “gran polarización política” y “menor confianza en el sistema democrático”, destaca Ngerng, quien también observa “mucha menos felicidad y compromiso en el trabajo, así como (poca) productividad y motivación para innovar”.
El resultado de las últimas elecciones presidenciales ofrece una buena muestra de ello: William Lai ganó con un 40 % de los votos frente al 57 % que cosechó su predecesora, Tsai Ing-wen, en 2020, un retroceso que se explica, en parte, por la “pérdida de confianza” de los jóvenes, algunos de los cuales optaron por votar a los candidatos de la oposición, más favorables a estrechar los lazos entre Taipéi y Pekín.
“En el interés de la seguridad nacional de Taiwán, se necesita que la desigualdad de riqueza se arregle para que seamos capaces de reducir la polarización política y el deseo de una parte de la población de dar su voto a partidos que quizá no actúen en el interés de Taiwán”, sentencia Ngerng.
Javier Castro Bugarín