Las libertades condicionan el debate electoral en Argelia, por "retroceso" y omisión

Laura Fernández Palomo

Argel, 5 sep (EFE).- Solo uno de los tres candidatos a las presidenciales del sábado en Argelia abandera en su programa las libertades que sociedad civil y periodistas ven en "retroceso" en el país, como refleja el "controlado debate público" de la campaña, según analistas.

El candidato socialista, Youcef Aouchiche, reconoció en una entrevista con EFE la existencia de "presos políticos y de opinión", y la necesidad de liberarlos para "restaurar la serenidad", mientras que Amnistía Internacional (AI) pidió reducir "el clima de miedo y censura" en víspera electoral.

"No creo que no haya ningún debate público. Pero se trata de un debate organizado, supervisado y vigilado para que sólo haya una palabra favorable al régimen vigente", declaró a EFE un periodista argelino independiente que firma con pseudónimo sus trabajos.

El mismo Aouchiche considera que el país vive un "retroceso de las libertades democráticas" y la liberación de los detenidos (unos 225 que quedan en prisión según datos obtenidos por EFE) contribuiría a restaurar la calma que permita "dar la palabra a todos" en la "Nueva Argelia".

La condena en 2023 del respetado periodista Ihsane El Kadi y el cierre de sus medios, Radio M y Maghreb Émergent -considerados los últimos espacios opositores- fue recibida como un aviso a navegantes y Reporteros Sin Fronteras (RSF) calificó el caso de "escalada de represión".

El Kadi, de 65 años, fue condenado a siete años de prisión, la más alta pena para un periodista en la historia reciente, por recibir fondos extranjeros con el fin de "realizar o incitar a realizar actos que puedan socavar la seguridad del Estado, la estabilidad y el normal funcionamiento de sus instituciones, la unidad nacional y la integridad territorial".

"El retroceso es claro y preciso. Lo demuestra la forma en que se está desarrollando la campaña presidencial, donde no se tolera públicamente ningún discurso crítico", consideró este periodista independiente y analista.

"Aunque las anteriores contiendas electorales no fueron todas perfectas en cuanto a las reglas del juego de un escrutinio abierto, se trata de una regresión que cabe señalar", añade.

En su opinión, el Ejecutivo está mostrando su "rechazo (represivo) a las demandas expresadas por el 'Hirak' (protestas populares de 2019) a favor de una sociedad política más abierta y más preparada para la democratización".

En diciembre de aquel año de protestas, el presidente y candidato a la reelección, Abdelmadjid Tebboune, ganó entonces con una baja participación e inició un programa de reformas hacia una "Nueva Argelia" incluida una Constitución, aprobada en referendo el primer año de su gobierno, que menciona el "Hirak" en su preámbulo.

Este año, Tebboune advirtió en campaña que el país no volvería a aquel momento y defendió con convicción la existencia de la libertad de expresión en el país.

Después de casi una década sin autorizar misiones, dos relatores de la ONU -del derecho a la libertad de reunión y asociación, y sobre la situación de los defensores de derechos humanos-, visitaron el año pasado Argelia y animaron a sus autoridades a ampliar las reformas prometidas en la reforma constitucional.

La relatora sobre defensores, Mary Lawlor, mostró su sorpresa por el escaso número de ONG que trabajan de forma concreta en materia de derechos humanos, solo 25 de las cientos de asociaciones registradas y con la inédita disolución en 2022 de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (LADDH), una de las más activas e históricas.

La experta internacional remarcó "el temor" y la "frustración" que le transmitieron los activistas durante los encuentros y animó al Gobierno a tratarlos "como aliados".

Para el observador argelino, hay actualmente "una preocupación por la disminución masiva de espacios de libertad y una preocupación por el futuro" que se ha extendido entre la población, llamada a votar el sábado en unas presidenciales que ve con distancia. EFE

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