Ocampos, un 'purasangre' argentino que merma el alma del Sevilla con su marcha a México

Guardar

Nuevo

Curri Carrillo

Sevilla, 3 sep (EFE).- El extremo argentino Lucas Ocampos se despidió este martes con lágrimas en los ojos de cinco años exitosos en el Sevilla, un equipo en horas bajas y que ve mermada su alma con la marcha a la liga de México de un auténtico 'purasangre' en el campo y un líder natural dentro del vestuario, tras su traspaso al Rayados de Monterrey.

Durante su etapa en el club andaluz, la más amplia y fructífera de su trayectoria tras pasar también por River Plate, Mónaco, Génova, Milan, Olympique de Marsella y Ajax, Ocampos se ganó muy pronto el favor y la admiración del sevillismo por su carácter, su fuerza y su condición de nunca rendirse y dar siempre la cara, en las duras y en las maduras.

El polivalente jugador argentino, uno de los puntales del Sevilla en el último quinquenio, destacó como sevillista por el carácter que siempre imprimió al equipo por su fuerte personalidad, su garra y bravura sobre el césped, y también por su liderazgo y ascendencia entre sus compañeros, a los que contagiaba con sus cabalgadas y su presión a los adversarios.

Con 30 años, Lucas Ariel Ocampos (Quilmes, 11 de julio de 1994), uno de los capitanes del conjunto del barrio de Nervión y que comenzó la presente temporada portando el brazalete y ostentando dicha condición, se va a la Liga MX con dos títulos de la Liga Europa ganados con el Sevilla y a los que contribuyó notablemente en las finales de Colonia (2020), en plena pandemia, y de Budapest (2023).

En su primera temporada en el club al que ahora deja algo huérfano de carácter, por su perenne compromiso en favor del colectivo y su implicación, casta y coraje, el argentino ya exhibió sus cualidades y su entrega, innegociable hasta el final en cada partido, en cada lance, e incluso se destapó como goleador con 17 tantos en 44 encuentros en la 2019-20.

En la siguiente (2020-21), de nuevo con Julen Lopetegui en el banquillo, anotó 8 goles en 46 partidos y logró la segunda de las cuatro clasificaciones para la Liga de Campeones obtenidas en su periplo como sevillista; y en la 2021-22 (36 tantos en 42 encuentros) siguió siendo clave para el esquema ofensivo de su equipo.

Al principio de la campaña 2022-23 fue cedido al Ajax, en una operación fallida que su afición nunca entendió, y vivió una mala experiencia en los Países Bajos, pues nunca se adaptó -sólo jugó 6 partidos con el club de Ámsterdam-. Así, en enero de 2023 retornó al Sevilla (5 goles en 29 partidos en ese medio año) para aportar su empuje a un equipo que sufrió para eludir el descenso, pero con el que acabó proclamándose campeón de su segunda UEFA Europa League.

La pasada temporada 2023-24, con sus altibajos en el juego y malos momentos, como el resto de un Sevilla que acabó de nuevo luchando por lograr la permanencia en Primera y no se clasificó para competiciones europeas, Ocampos siguió siendo un fijo para los tres técnicos que tuvo el equipo (José Luis Mendilíbar, el uruguayo Diego Alonso y Quique Flores).

El extremo argentino, a quien entonces se le reprochó a veces su juego alocado y su ansiedad y, en ocasiones, malas decisiones con la pelota, disputó ese último curso 45 partidos en total, con 5 goles marcados, pero siempre se dejó todo sobre el campo y contagió a los suyos su empuje para superar la difícil situaicón de dicha temporada. En el inicio de la actual ha jugado dos encuentros, con una asistencia en su haber, hasta su salida al Rayados de Monterrey.

Lucas Ocampos es un jugador de raza y coraje, de fuerza y profundidad, que a veces puede parecer un 'potro' desbocado en el campo por su precipitación en determinados momentos y acciones, pero que en el Sevilla ratificó su ambición y su condición de 'purasangre' argentino, de no bajar nunca los brazos y de tirar siempre hacia adelante.

Como sevillista también ha destacado por su enorme polivalencia, ya que, siempre al servicio del equipo y cumplidor de las órdenes de sus técnicos, ha jugado en los cuatro puestos de las bandas, tanto en la derecha como en la izquierda y tanto de extremo como de carrilero, además de en todos los puestos de ataque, ya fuera de 'falso' 9 o de delantero centro.

Para más inri, Ocampos también actuó circunstancial y puntualmente como portero en la recta final de un Sevilla-Eibar en julio de 2020, sin público en las gradas por la pandemia. Tuvo que ponerse los guantes al lesionarse el checo Tomas Vaclík con todos los cambios ya hechos e incluso salvó un gol parándole un remate al también guardameta Marko Dmitrovic, que se había sumado al ataque a la desesperada y que luego fue compañero suyo en el Sevilla.

Por todo lo que le ha dado en el último quinquenio al club sevillista, inmerso en una crisis institucional y deportiva que le ha obligado a una regeneración, con una drástica reducción de su presupuesto, la marcha del carismático extremo ha levantado ampollas en numerosos sectores de la afición, que han criticado su salida en las redes sociales.

A estos sevillistas no les vale que al argentino, con 30 años, sólo le restaba un año de contrato ni tampoco el ingreso que supondrá para el club (algo más de 7 millones de euros) al entender que, por su carácter, fuerza y personalidad, se va un referente del equipo, un tipo difícil de reemplazar. Ya sea así o no, el Sevilla le echará bastante de menos. EFE

cc/apa

Guardar

Nuevo