Ginebra, 3 sep (EFE).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió este martes su primera guía para que los productores farmacéuticos tomen medidas que eviten los daños al medioambiente causados por la fabricación de medicamentos y el riesgo añadido de que esto aumente el problema de los microbianos resistentes a los antibióticos.
El objetivo es reducir el riesgo de la aparición y expansión de los microbianos que no responden a los antibióticos, uno de los mayores problemas emergentes de salud pública, y salvaguardar la vida acuática, afectada por los residuos de estos productos.
La guía abarca todos los pasos del proceso industrial, desde la fabricación de ingredientes farmacéuticos activos y la formulación hasta los productos acabados, incluido el envasado primario.
"Estas orientaciones proporcionan una base científica independiente e imparcial para que los reguladores, los compradores, los inspectores y la propia industria incluyan en sus normas un control riguroso de la contaminación por antibióticos", precisó la organización.
Los fabricantes de medicamentos "deben incorporar la dimensión medioambiental, lo que implica realizar análisis químicos de las aguas residuales y disponer de sistemas internos para prevenir la contaminación", comentó a la prensa la experta de la OMS, Kate Medlicott.
La resistencia a los antibióticos se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los medicamentos, lo que hace que las personas enfermen más y aumenta la posibilidad de que infecciones difíciles de tratar se propaguen.
Este problema tiende a agravarse por el mal uso o uso excesivo de los antibióticos, así como por la falta de información a los consumidores sobre cómo deshacerse de antibióticos y otros medicamentos una vez que ya no los van a usar más o cuando han expirado.