El Senado chileno valora el aporte de los republicanos españoles en el 85 aniversario del Winnipeg

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Valparaiso (Chile), 3 sep (EFE).- El Senado de Chile valoró hoy el aporte positivo que hicieron al desarrollo del país los exiliados republicanos españoles que huyeron de la dictadura de Francisco Franco en una sesión solemne celebrada con motivo del 85 aniversario de la llegada del barco Winnipeg a la ciudad costera de Valparaiso.

El carguero, un vapor de bandera francesa adaptado para 2.200 pasajeros, fue fletado por el poeta y premio Nobel chileno, Pablo Neruda, tras aceptar el gobierno de Pedro Aguirre Cerda una solicitud para salvar a los republicanos de la represión de los sublevados.

En la sesión, a la que asistieron numerosos senadores de todo el arco político, se puso de relieve la naturaleza de Chile como país de acogida y se trazó un paralelismo con la situación de los millones de venezolanos que han tenido que huir del actual régimen de Nicolás Maduro.

Especial mención a ello hizo la senadora conservadora Ximena Rincón, con ancestros españoles, quien pidió la misma solidaridad y quien huyen de la persecución en el citado país caribeño, mucho de los cuales han llegado de forma regular e irregular a Chile.

Más directa y emotiva fue, no obstante, la intervención de la senadora por el partido comunista Claudia Pascual, a quien se le quebró la voz en varias ocasiones, y en particular al recordar que su abuelo y abuela se reencontraron sin saberlo a bordo del Winnipeg.

Pascual hizo igualmente suya la comparación entre la situación de los españoles, que huían de una guerra y de la represión, con la situación de los venezolanos y de otros pueblos que en la actualidad se ven igualmente a huir por las mismas circunstancias.

E insistió en la necesidad de no criminalizar la migración, en la necesidad de despolitizarla y sobre todo en la necesidad de observarla con los ojos positivos de que ofrece integrar y acoger para el progreso y la apertura de las sociedad frente a los totalitarismo y fascismos.

La senadora recordó que la llegada de los españoles tampoco fue fácil, y que igualmente en los diarios y en el debate político de la época se dijo de forma falaz e interesada, que eran desgarrados, delincuentes, incluso, que iban a robar los trabajos.

A la sesión solemne asistió la secretaria de Estado para Iberoamérica, el Caribe y el español en el mundo, Susana Sumelzo, de visita oficial en el país, junto al embajador de España en Chile, Rafael Garranzo, quien agradeció a Chile su solidaridad en nombre del pueblo y el estado español.

Asimismo, en las tribunas de la sala, escucharon con emoción familiares de los republicanos llegados en el Winnipeg, la mayoría hijos y nietos nacidos y establecidos en Chile.

Antes del acto del senado, la municipalidad de Valparaiso inauguró un nuevo bolardo conmemorativo en el muelle Prat, en el que atracó el barco, y se celebró un acto en la casa de Neruda en la ciudad, conocida como la Sebastiana, en la que se reconoció el esfuerzo del poeta y la visión del entonces presidente chileno, Pedro Aguirre-Cerda.

Como recordó Sumelzo, su intervención fue clave al recibir de forma positiva la carta del ex embajador republicano español, Rodrigo Soriano, solicitando asilo en Chile a refugiados republicanos españoles que habían huido y se habían exiliado en territorio francés.

Tras leer la misma, ordenó al ministro de Relaciones Exteriores, Abraham Ortega, iniciar los trámites y este encomendó la misión a Neruda, nombrado “Cónsul Especial para la Inmigración Republicana en Chile”.

El poeta emprendió entonces una denodada empresa diplomática que culminaría en la llegada a Chile del Winnipeg con más de 2000 republicanos españoles, entre ellos destacados artistas e intelectuales como Roser Bru, José Balmes, Leopoldo Castedo o Víctor Pey, así como muchos otros refugiados de las más diversas profesiones y oficios.

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