Putin descarta que la incursión ucraniana en Kursk obstaculice el avance de las tropas rusas en el Donbás

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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha descartado este lunes que la incursión de las tropas ucranianas en la provincia rusa de Kursk, situada en el suroeste del país, haya obstaculizado el avance de las tropas rusas en la región ucraniana del Donbás, por lo que ha negado que Kiev esté logrando su objetivo principal a la hora de poner en marcha dicha incursión. "El objetivo del enemigo era detener nuestra ofensiva en áreas principales de Donbás, pero no lo han logrado. Por el contrario, hemos logrado progresos durante un largo periodo de tiempo", ha aseverado Putin durante un encuentro con estudiantes de Educación Secundaria en un acto celebrado en Kizil, cerca de la frontera con Mongolia, país al que tiene previsto desplazarse este martes. Putin ha señalado que Rusia "hará lo que sea para hacer frente a los criminales ucranianos que han invadido Kursk", a los que ha acusado de "buscar la desestabilización de la situación política en las zonas fronterizas" entre los dos países, según informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias TASS. En este sentido, ha prometido una "respuesta contundente" a las provocaciones de Kiev, a quien ha acusado de abrir fuego de forma indiscriminada contra instalaciones civiles. No obstante, ha destacado que Rusia logrará todos sus objetivos en el marco de la invasión, a la que se sigue refiriendo como "operación militar especial". Es por ello que Putin considera que las acciones de las tropas ucranianas están abocadas al fracaso. "Estoy seguro de que no tendrán éxito", ha puntualizado, no sin antes aclarar que Moscú "debe lidiar con los bandidos que han entrado en su territorio". Además, ha puntualizado que "no hay países hostiles con Rusia sino élites hostiles que buscan debilitarlo y dividirlo". "No hay idiomas hostiles ni países hostiles, tenemos élites hostiles en algunos países, que llevan luchando contra Rusia durante siglos, no solo hoy", ha explicado antes de añadir que son estas élites, precisamente, las que "se sienten amenazadas". El presidente ruso ha indicado, además, que las autoridades ucranianas "tienen miedo a perder las elecciones", por lo que buscan "alargar los enfrentamientos" a toda costa. "Las autoridades actuales no cuentan con legitimidad incluso bajo el prisma de la legislación ucraniana. Deberían haberse celebrado elecciones presidenciales, pero se han negado escudándose en la ley marcial. Esto no se ajusta a la Constitución ni al Estado de Derecho", ha puntualizado. La incursión ucraniana en Kursk comenzó el pasado 6 de agosto y ha provocado el desplazamiento de más de 130.000 civiles. Desde el pasado 9 de agosto, la región se encuentra bajo el estado de emergencia federal. Desde entonces, el Ministerio de Defensa ruso estima que el Ejército ucraniano ha sufrido 8.500 bajas entre sus filas, además de la destrucción de 80 carros de combate y cientos de vehículos blindados. Por su parte, las fuerzas ucranianas aseguran que continúan con sus avances en la región, donde han proclamado la captura de más de cien localidades y aproximadamente 1.300 kilómetros cuadrados de territorio. Las Fuerzas Armadas han informado a su vez de la captura de unos 600 militares rusos, si bien las dos partes ofrecen sus propios balances y estos son, a menudo, contradictorios.

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