Abogado y portavoz de la familia de Edwin Arrieta en España, Juan Gonzalo Ospina se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del día a nivel mediático después de que la Justicia tailandesa hiciese pública la sentencia por la que condena a Daniel Sancho a cadena perpetua por el asesinato premeditado del cirujano colombiano. Tras ofrecer una rueda de prensa para comentar el sentir de la hermana y los padres de Edwin tras conocer la pena impuesta al hijo de Rodolfo Sancho, el abogado ha visitado el plató de 'TardeAR' y ha señalado directamente a la defensa del cocinero español -encabezada por Marcos García Montes, Carmen Balfagón y Ramón Txipirrás-, responsabilizándolos en cierto modo de la condena de Daniel por su actitud durante el proceso. "Podrían haber reflexionado de que estamos hablando de un juicio en Tailandia, sin las garantías occidentales. Se les ha olvidado pedir perdón a la familia Arrieta, coger el teléfono y sentarnos a trabajar para intentar que Daniel Sancho vuelva a España en cuatro años" ha explicado, asegurando que la familia Arrieta lo hubiese aceptado porque nunca ha buscado "venganza" por el atroz asesinato de Edwin. "Tienen mi teléfono y podían llamarme para buscar un punto de entendimiento. Siempre que hubiera habido un arrepentimiento sincero, que pasa por reconocer el crimen y reparar el daño económico, porque ahora esa familia no tienen ni para el supermercado ni la luz", el traslado de Daniel a España hubiera sido mucho antes" ha afirmado, señalando a los abogados del chef directamente: "Los abogados tenemos una responsabilidad en asesorar a sus clientes. Estamos aquí porque unos abogados y Daniel Sancho han decidido estar en esta situación. Como abogados hay que valorar las pruebas" ha sentenciado. Tras el programa, Juango ha atendido a Europa Press y se ha reafirmado en sus palabras. En primer lugar ha reconocido que están "muy satisfechos por este fallo dictado por la corte de Koh Samui". "Es un alivio para la familia Arrieta. Llevan más de un año sufriendo una herida abierta y esto les va a permitir ahora tener un duelo y poder guardar ese respeto para Edwin en unos momentos que han sido muy difíciles" apunta, revelando que la familia ha recibido la condena de Daniel "con emoción y llantos". Y es que admite que "honestamente" no pensaban que la sentencia iba a ser de cadena perpetua: "En mi pensamiento como abogado penalista nunca intento tener una quiniela de un fallo de una resolución judicial. Estaba en nuestra perspectiva una condena por asesinato con o sin premeditación, pero nunca haciendo este tipo de quiniela. Inclusive en algún momento llegamos a pensar lo peor ante las manifestaciones que estábamos escuchando por parte de la defensa, que venía a defender categóricamente que le iban a poner ocho años de prisión a Daniel, por lo tanto estamos muy satisfechos con esta cadena perpetua". A pesar de lo que pueda parecer, el abogado de los Arrieta deja claro que ellos no querían la pena capital para Daniel. "La pena de muerte no se la merece nadie. Es una pena muy drástica y yo creo que la cadena perpetua en una persona que no ha reconocido su error, que no ha reconocido el daño, que no empatiza con el dolor de la familia, en este caso a Arrieta, pues creo que es muy proporcional y adecuada a las circunstancias del caso" asegura. Acerca del posible traslado del hijo de Rodolfo Sancho a España, Ospina explica que para ello "habría que esperar por lo menos entre 8 y 10 años cuando la sentencia sea firme". Pero para ello tienen que darse "dos circunstancias" que a día de hoy no se han dado por parte de Daniel, que es "la reparación económica del daño, en este caso se ha impuesto una pena de unos 110.000 euros y también el perdón público". Muy crítico con la defensa capitaneada por Marcos García Montes, Juango afirma que "gracias a los abogados tailandeses Daniel Sancho ha evitado una pena de capital. Gracias a su confesión a la policía en los primeros días, de manera espontánea y con sus abogados tailandeses". "Luego un cambio radical en su línea de defensa, yo creo que ha sido una línea de defensa que ha aumentado el dolor de la familia Arrieta y yo creo que hubiera sido más sencillo, un poco más de humanidad, haber pedido perdón y haber intentado buscar la colaboración para que Daniel pudiera venir a España lo antes posible pero es que nunca hemos encontrado esto, nos hemos encontrado con una negación total y radical de lo cometido" se lamenta, cuestionando la estrategia de los abogados del cocinero. El abogado de la familia Arrieta también pone el foco en la soberbia que ha mostrado Rodolfo durante el proceso, ya que ha echado de menos "solidaridad para los padres de Daniel". "Creo que Silvia Bronchalo es una persona que es la gran desconocida en todo esto, siempre hemos tomado mucho respeto hacia nosotros. Sentimos empatía, con Rodolfo no. Al comienzo de las sesiones de juicio oral tuvo unas palabras bastante emotivas que se fueron enfriando y que inclusive posteriormente me he encontrado con críticas y manifestaciones de Rodolfo hacia mi persona, por lo tanto yo prefiero no hacer ningún juicio o valor al respecto" desvela. Deja entrever que el actor se ha equivocado negando el asesinato y buscando un enfrentamiento con la acusación ejercida por la familia de Edwin: "Cada uno es dueño de sus propias palabras y yo creo que es un papel difícil el que tienen que atravesar los padres, entiendo la dificultad del mismo, pero creo que también no podemos perder el norte de lo que ha ocurrido, ¿no? Un vil asesinato, aunque sea difícil de reconocer para un padre que tu hijo ha cometido algo así, pero yo creo que las pruebas, en este caso y más en Tailandia, pues hablaban por sí solas. Habría que buscar otra estrategia, no tanto de confrontación, sino precisamente de acercamiento de partes" expresa. "Los únicos responsables de que hoy Daniel tenga una cadena perpetua es él y la defensa que ha estado a su lado, creo que los abogados tenemos una responsabilidad moral para asesorar a nuestros clientes ante la prueba que se puede practicar en el judicial, al igual que un médico tiene que aconsejar a su paciente sobre la medicina que tiene que utilizar. Si las pruebas hablan por sí solas y son clamorosas, creo que el abogado tiene que hacer un ejercicio de templanza, de prudencia y aconsejar tal vez a su cliente una línea de defensa menos agresiva en la busca de una solución" concluye poniendo de nuevo el foco en García Montes.