Quito, 29 ago (EFE).- Quito, la capital de Ecuador, acogerá entre el 8 y el 15 de septiembre el 53° Congreso Eucarístico Internacional que, bajo el tema de 'Fraternidad para sanar el mundo', espera contar con la participación de unas 4.000 personas.
Este acontecimiento mundial de la Iglesia Católica, que vuelve a celebrarse en América Latina después de 20 años, es organizado por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), la Arquidiócesis de Quito y el Municipio de Quito.
En él se reunirán obispos, sacerdotes y religiosos de 53 delegaciones internacionales para celebrar la eucaristía y destacar su profundo significado.
El proceso de preparación comenzó hace más de tres años, cuando el papa Francisco anunció Ecuador como la próxima sede de este congreso, en conmemoración de los 150 años de la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús.
Según informó el arzobispo de Quito, Alfredo José Espinoza Mateus, en una rueda de prensa que tuvo lugar este jueves, el congreso iniciará el día 8 de septiembre con una gran misa campal que tendrá lugar en el quiteño Parque Bicentenario.
El evento concluirá el 15 de septiembre en esta misma ubicación con otra misa campal, esta última presidida por el legado pontificio Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, designado por el papa.
Durante la semana tendrán lugar conferencias, diálogos y actividades culturales planeadas en torno al tema del congreso que tratarán cuestiones como "las heridas del mundo", la eucaristía o la fraternidad humana.
El Congreso Eucarístico Internacional estará precedido del 4 al 7 de septiembre por el Simposio Teológico Eucarístico, con el objetivo de "reflexionar sobre la intrínseca relación que existe entre eucaristía y fraternidad en el contexto de un mundo herido", según sus organizadores.
“En este tiempo de tanta división, de tanta violencia, de tantas guerras en el mundo, la fraternidad es un desafío actual”, declaró Espinoza Mateus, que consideró el tema como "una insistencia" que el santo padre ha promovido en todo su pontificado.
“No podemos comulgar y elevarnos espiritualmente y no mirar al hermano que está a nuestro lado, al descartado de la sociedad”, sentenció.
Por otra parte, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, aseguró que la ciudad está “contenta y orgullosa” de convertirse en la sede mundial de este congreso que no se celebraba en América Latina desde que tuvo lugar en Guadalajara (México) en 2004.
Muñoz calificó el tema como de una trascendencia esencial al reconocer que el mundo actual está rodeado de elementos de polarización y fragmentación social y destacó la importancia de la posición que se ha elegido para enfrentar estos problemas a través de la fraternidad.
A su vez, el alcalde declaró la intención de extender esta discusión al mundo laico de la sociedad quiteña por parte del consistorio municipal.
"Porque si necesitamos fraternidad para salvar el mundo, creo que es la misma fraternidad que necesitamos para enfrentar los actuales problemas de Ecuador”, aseveró Muñoz. EFE
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