Lorica (Colombia), 29 ago (EFE).- Los habitantes del pequeño y caluroso pueblo de Santa Cruz de Lorica despertaron "satisfechos" y aliviados con la noticia de que la justicia tailandesa condenó a cadena perpetua al español Daniel Sancho por el asesinato del cirujano Edwin Arrieta, oriundo de este pueblo del Caribe colombiano.
En la casa de la familia Jattin, amigas de la infancia del médico recibieron la noticia a través de celulares casi rozando la medianoche del miércoles, entre llantos y abrazándose cuando supieron que por fin se había hecho justicia con su ser querido.
"Tranquilidad en medio del dolor", "justicia" y "satisfacción" son algunas de las palabras que Victoria, Nancy y Tania pronunciaron.
"Ha sido una sentencia justa. Tendrá que pagar; sabemos que se viene una apelación, pero no hay justificación para esa apelación", aseguró a EFE Victoria Jattin, una de las amigas más cercanas de Arrieta, quien fue asesinado el 2 de agosto de 2023 en la isla de Phangan por Sancho, quien también fue condenado por el descuartizamiento del cuerpo y el robo del pasaporte del colombiano.
La familia de Arrieta recibió la noticia fuera del foco de cámaras, en su casa, que esta mañana amaneció cerrada con candado en una clara señal de su deseo de permanecer ajenos en su dolor.
Por ellos se pronunció su abogado en España, Juan Gonzalo Ospina, quien asegura que la familia considera que "se ha hecho justicia", que "nunca ha querido la pena de muerte" y que esperan que con esta cadena perpetua Sancho "pueda reflexionar el tiempo necesario para que pueda pedir perdón por este crimen atroz".
Con el asesinato del médico, quien era el sustento de la familia, sus padres, su hermana Darlin y su sobrina María Fátima quedaron desamparados, pero ninguno "ha querido nunca venganza porque esta nunca repara las heridas", si bien -dicen- "han echado en falta ese lado de humanidad", porque Sancho y su defensa "siguen insistiendo" una y otra vez "en que lo mató sin querer".
A la casa de las Jattin, donde prepararon un altar con velas y fotos del médico, también llegó Rosa María Salome, otra vecina, quien recordó que mientras esperaban la lectura de la sentencia "hubo un momento como de incertidumbre, un momento de bastante tensión, pero al final la justicia divina y la justicia tailandesa con los hechos nos dieron la razón y la verdad es que fue satisfactorio, lo que se esperaba".
Salome aseguró a EFE que "la familia de Edwin vio con justicia (la sentencia) y sé que se siente satisfecha por la noticia, ya que fue lo que se esperaba".
Esta mujer, que pasaba las tardes sentada con Arrieta en una terraza conversando cuando el médico regresaba a Lorica, enfatizó en que "lo que la familia de Edwin no quería era la pena de muerte para Sancho porque ellos son muy católicos y para nosotros, como cristianos, eso no es bíblico".
Edwin Arrieta nació en una familia humilde de Lorica, en el departamento caribeño de Córdoba, en donde su padre, Leovaldo José Arrieta, se desempeñó toda su vida como radiotécnico, y su madre, Ana Marcela Arteaga, fue profesora de primaria en Purísima, un poblado vecino.
Arrieta fue muy buen alumno y se destacó siempre en el colegio, luego en su juventud estudió medicina y como cirujano plástico se convirtió en el sostén económico de su familia.
La rectora del Instituto Ciudad Lorica, Tarcila Reyes, profesora de Arrieta, a quien recuerda como un alumno destacado, dijo a EFE que considera que la sentencia es justa: “a cada quien lo que se merece y eso hizo la justicia tailandesa".
"Yo estuve muy satisfecha, y como dice la hermana de Edwin (Darlin Arrieta), estamos satisfechos porque se hizo justicia", dijo la profesora, quien agregó que cree "que ninguno de los loriqueros aquí pedíamos pena de muerte, igual Edwin seguía muerto".
El tribunal de la Corte de Koh Samui (en Tailandia) dictó sentencia de cadena perpetua porque consideró que el hijo de los actores Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo actuó con premeditación para quitarle la vida y descuartizar el cuerpo del galeno colombiano.
La madre del médico "está muy acabada, ni habla", explicó Reyes, quien es muy cercana a la familia, por lo que consideró que aunque el castigo que recibió Sancho es justo, "no sana" la herida que deja la muerte del médico, y sobre todo por la manera como fue asesinado.
Ricardo Maldonado Rozo