Kishi Núñez, la perla argentina que dio lustre al fútbol desde el polvo del barrio

Guardar

Nuevo

Concepción M. Moreno

Buenos Aires, 29 ago (EFE).- Nacida en La Matanza, uno de los distritos más populosos y empobrecidos del Gran Buenos Aires, Kishi Núñez aprendió a pegarle a la pelota entre niños y logró darle lustre al fútbol en terrenos de suelo duro, tierra y polvo, los conocidos 'potreros' del balompié rioplatense.

La hoy delantera de 18 años, que debutó en Primera con Argentinos Juniors -el eterno club de Diego Armando Maradona- en 2021 y que, un año después, firmó su primer contrato profesional, en este caso con Boca Juniors -el otro equipo del alma en la carrera del 'Pelusa'-, es la estrella de la selección argentina que, entre el 31 de agosto y el 22 de septiembre, pugnará en Colombia por el Mundial femenino sub-20.

Finalista de la Copa Libertadores 2022 -que su equipo perdió ante el Palmeiras brasileño-, tras ser una de las estrellas en la semifinal, con sólo 16 años; integrante del combinado albiceleste que disputó el Sudamericano sub-17 y los Juegos Odesur en 2022; y goleadora, con seis anotaciones, de la Liga Evolución sub-19 en 2023: son sólo algunos datos de una rutilante carrera hasta la fecha.

Admiradora del brasileño Neymar da Silva Santos Júnior, como reconoce en una reciente entrevista con la web de la FIFA, su ídolo en el ámbito local es el excentrocampista Juan Román Riquelme, quien preside desde diciembre pasado el club en el que ella milita y con quien ha posado en fotografías en alguna ocasión.

"Siempre me gustó cómo aguantaba la pelota mientras lo rodeaban cuatro rivales", declaró alguna vez en una entrevista sobre el '10', ex del Villarreal y del F.C. Barcelona, amén de ídolo de Boca Juniors.

Según ella misma ha explicado en diferentes ocasiones, aprendió a jugar al fútbol entre sus hermanos y otros chicos del barrio porque no había niñas con las que medirse y, al practicar el deporte en lugares poco habilitados para el brillo, desarrolló la picardía con la que hoy se deshace de sus rivales.

Sin "ídolas", como ella dice, explica a la web de FIFA que hoy se siente "identificada" con algunas jugadoras de Boca Juniors, el equipo más laureado del fútbol femenino en Argentina, como Yamila Rodríguez, Miriam Mayorga o Vanina Correa, y no tiene reparos en declarar que "nunca" se sintió "atraída por la manera de jugar de una mujer".

No obstante, pone la mira en las Ligas extranjeras, cuando se le pregunta por los duelos que, en el próximo Mundial, su equipo afrontará contra futbolistas de otras selecciones, como España o Colombia, que protagonizaron un gran duelo en las semifinales de los Juegos Olímpicos de París 2024: "Es un sueño que queremos cumplir"

"(Es) un orgullo saber que jugadoras de mi edad tienen la posibilidad de estar en la Primera del Real Madrid o del Barcelona", indica en la citada entrevista.

Gracias a su destreza y manejo del balón, fue una pieza clave en el Sudamericano sub-20 que dio la clasificación a Argentina para la cita mundialista, a la que no acudía desde Japón 2012.

Según su técnico, Christian Meloni, tiene "buen cabezazo y se despega bien del suelo" y, como toda goleadora, "siempre intenta ver el arco desde cualquier lado", además de que "tiene la virtud de que genera sola las ocasiones de gol".

La Albiceleste necesitará, sin duda alguna, de esos goles para intentar superar la primera fase, en la que competirá en el Grupo F con Costa Rica, Corea del Norte y Países Bajos.

Con 27.100 seguidores en su perfil de Instagram, una cuenta plagada de fotografías suyas con las camisetas del 'Xeneize' o de la selección argentina, en esta campaña ha ganado la Copa Federal con su equipo, que derrotó a San Lorenzo por 2-1: uno de esos goles auriazules llevó su firma.

Ahora espera que esos tantos, que nacieron en medio del polvo del barrio, sirvan para que la Albiceleste cumpla sueños. EFE

cmm/pd/car

Guardar

Nuevo