Nuria González, completamente rota, viaja de urgencia a Málaga tras la muerte de Caritina Goyanes

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Shock y desolación absoluta en la familia y los seres queridos de Caritina Goyanes tras su inesperado fallecimiento este lunes a los 46 años a causa de un infarto fulminante mientras disfrutaba de sus últimos días de vacaciones en Marbella en compañía de su marido Antonio Matos y sus dos hijos, Pedro (13) y 'MiniCari' (10). Una muerte que ha sorprendido a su madre Cari Lapique en Mallorca. La socialité se encontraba desde hace unos días en la casa que su hermana Miriam tiene en la localidad balear de Formentor intentando recuperar fuerzas tras haber perdido a su marido Carlos Goyanes el pasado 7 de agosto, apenas 3 semanas antes del repentino adiós de su hija mayor. A última hora de la tarde una devastada Cari aterrizaba en Málaga e, incapaz de articular palabra, sin fuerzas siquiera para caminar y arropada en todo momento por su hermana y la mujer de su sobrino Carlos Cortina, Carla Vega-Penichet, se desplazaba inmediatamente al tanatorio de San Pedro de Alcántara para reencontrarse con su yerno, sus nietos y su hija Carla, y dar su último adiós a Caritina. A su lado en este doloroso trance que su entorno confiesa que no saben como va a superar tras haber perdido al amor de su vida y a su hija en menos de 20 días, su íntima amiga Nuria González, que no dudaba en aparcar todos sus compromisos para viajar de urgencia a Málaga y arropar a la familia en estos momentos. Completamente rota, la viuda de Fernando Fernández Tapias llegaba a la estación de Atocha para coger el primer AVE rumbo a la ciudad andaluza ocultando su tristeza tras unas gafas de sol. Con un hilo de voz la socialité ha agradecido el pésame de la prensa y las palabras de aliento tras la repentina pérdida de Caritina.

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