Bangkok, 27 ago (EFE).- Miles de trabajadores se manifestaron este martes en las principales ciudades de Australia para mostrar su apoyo a un poderoso sindicato, después de que el fiscal general ordenara que su rama de construcción fuera puesta en administración judicial mientras se investigan presuntos delitos de corrupción.
"Recupera tu derecho a la huelga" o "las leyes malas están para ser vulneradas", apuntan algunos de los carteles que los asistentes desplegaron durante la marcha en Sídney, una de las más numerosas de hoy junto a las que transcurrieron por otras urbes como Melbourne, Brisbane, Cairns, Camberra y Perth.
Con unos 120.000 miembros, el Sindicato de los Empleados de Construcción, Silvicultura y Marítimo (CFMEU, siglas en inglés), es una de las organizaciones de trabajadores más influyentes de Australia.
Vestidos con camisas negras y hondeando banderas del sindicato y de Australia, los participantes bloquearon el trafico del centro de las principales ciudades en marchas que discurrieron sin violencia.
El viernes, el fiscal general, Mark Dreyfus, ordenó que todas las oficinas del brazo de construcción del CFMEU quedaran, por un mínimo de tres años, bajo la administración judicial tras las acusaciones de que el sindicato ha participado en actos de intimidación, corrupción e infiltración criminal.
En ese sentido, el primer ministro, Anthony Albanese, señaló que quería acabar con la corrupción en el sector de la construcción.
"El Gobierno no está dispuesto a dar marcha atrás, ni tampoco el público australiano: quieren que se sanee esta industria. Quieren ver buenos sindicatos y buenas empresas que sigan adelante con su trabajo", argumento el viernes el mandatario.
Por su parte, algunos de los participantes de las manifestaciones de hoy indicaron al canal público ABC que sienten que se está tratando "de manera injusta" al CFMEU y que la medida tomada por el Gobierno puede crear un "peligroso precedente".
La rama de la construcción del CFMEU está en el punto de mira después de que a mediados de junio se publicaran investigaciones en medios australianos que apuntaban que las pandillas de moteros y organizaciones criminales actuaban como delegados de este sindicato.
Esta supuesta infiltración en puestos influyentes les habría permitido ganar cientos de miles de dólares por la adjudicación de megaproyectos de construcción financiados por los Gobiernos regionales y el central, así como realizar sobornos y prácticas intimidatorias, entre otras irregularidades.