San Salvador, 27 ago (EFE).- Autoridades de Hacienda y de Aduanas de El Salvador anunciaron este martes la destrucción de 11 toneladas de cigarrillos de diferentes marcas comerciales que ingresaron al país centroamericano de contrabando, "evitando el pago de impuestos y atentando contra la salud" de los ciudadanos, aseguraron.
El titular del Ministerio de Hacienda, Jerson Posada, explicó en una rueda de prensa que las cajetillas de cigarros que serán destruidas fueron decomisados en diferentes operativos realizados por la Policía Nacional junto a la Fiscalía General y a elementos de la Fuerza Armada.
Señaló que el "ingreso ilegal" de los cigarrillos supone al menos 2,3 millones de dólares en evasión de impuestos y apuntó que "al eludir impuestos y controles de calidad, el contrabando impulsa el consumo de productos de menor calidad y más dañinos".
Posada aseguró que "combatir este problema no solo es una cuestión de justicia económica, sino una necesidad urgente para proteger la salud de nuestra población".
"El contrabando de cigarrillos representa una amenaza grave para la salud pública, ya que evade las regulaciones y controles sanitarios. Estos pueden contener sustancias nocivas en concentraciones peligrosas, incrementando los riesgos de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer", indicó.
Añadió que el decomiso de cigarrillos es una acción ejecutada en el marco del Plan Anticontrabando, impulsado por Hacienda con el apoyo de la Policía, Fiscalía y la Dirección de Aduanas de El Salvador.
La organización mundial Crime Stoppers pidió en febrero pasado que el contrabando de cigarrillos sea tratado a escala centroamericana como un tema criminal y que deje de verse solo como un tema de salud pública o de aduanas, ya que es un delito transnacional ejercido por grupos criminales como las pandillas.
El organismo hizo la solicitud en Panamá, donde se realizó la Conferencia de las Partes (COP10) del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco, con la participación de varios países.
"Hemos indicado en años anteriores que existen evidencias de que el comercio ilícito de cigarrillos es operado por organizaciones como Hezbolá, con presencia en la triple frontera de América del Sur (Brasil, Argentina y Paraguay) y por pandillas salvadoreñas como la MS-13, que también son consideradas grupos terroristas, o como lo Zetas en México", aseguró Alejo Campos, director de Crime Stoppers para América Latina y el Caribe.EFE
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