Lisboa, 24 ago (EFE).- Lisboa se convierte estos días en lienzo para cinco grafiteros que van a dibujar su concepto de la libertad como parte de una iniciativa lanzada para conmemorar el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles, que llevó a la caída de la dictadura salazarista.
A partir de la pregunta '¿Dónde está la libertad?', planteada por la Galería de Arte Urbano del Ayuntamiento de Lisboa, los artistas tendrán que responder diseñando murales en distintos puntos de la capital, en un proyecto que comenzó el martes y finaliza el 10 de septiembre.
Cinco obras, cinco grafiteros y cinco décadas para reflejar la historia portuguesa desde el 25 de abril de 1974, fecha de la revolución, hasta la actualidad.
El Ayuntamiento de Lisboa ha elegido a estos cinco creadores por haber sido durante alguna de estas últimas cinco décadas importantes representantes del arte callejero.
Uno de los artistas es Youth One, que nació en plena revuelta y se inició en el grafiti con 14 años, a finales de la década de los 80, momento en el que esta forma de expresión era desconocida en el país, por lo que es considerado uno de sus precursores en Portugal.
En lo alto de una grúa torre en Liberdade, un barrio en los márgenes del parque de Monsanto que nació durante el salazarismo con un nombre que hacía presagiar lo que vino después, el grafitero trabaja dando pequeñas pinceladas sobre la pared de uno de los edificios.
El diseño estará terminado el 30 de agosto, detalló Youth One a EFE mientras pausaba la música del altavoz que tenía justo a su lado, y está dividido en varias fases que evocan momentos distintos de la historia del país, separados a través de una línea blanca.
Una parte mostrará la censura de la dictadura, otra, la liberación y la llegada del sufragio universal, "cuando las mujeres empezaron a votar", desarrolló el grafitero. La llegada de la libertad se plasmará con la silueta de una paloma volando junto con un joven entrando en un túnel, "que será la incertidumbre, será el futuro del 25 de Abril".
En ese mismo barrio también está António Alves, que trabajará hasta el 31 de agosto.
Alves, que comenzó a trabajar sobre los muros en los años 70 como práctica de resistencia, en ese periodo que abarca la Revolución de los Claveles y el intento de golpe de Estado de 1975, volverá a pintar sobre la libertad este año sobre las fachadas de Lisboa.
En otro punto de la ciudad, en el barrio popular Alto do Pina, Miguel Januário dibuja el contorno de varias letras en la pared, medidas rigurosamente para que todas tengan el mismo tamaño, y que a partir de este sábado se podrán leer en la frase: "La libertad es absoluta en la relatividad del tiempo y del espacio".
El grafitero, que destaca por su trabajo en la década de los 2000, apuntó a EFE que en el mundo hay muchas verdades, y que la forma en la que se ve la libertad varía en función del punto de vista.
Por eso, su obra es "una prueba de visión, porque de vez en cuando hay que probar dónde está la libertad y qué es realmente".
Este cuestionamiento del que habla Januário también responde al modelo político, social y económico de cada momento, temas frecuentes en su obra, con la que quiere ilustrar "la desigualdad y polarización" del mundo, y plasmar "las contradicciones y ambigüedades de la sociedad".
Con su programa de intervención 'Maismenos', se ha convertido en una referencia de la creación callejera y ha producido diversas obras que han acabado exponiéndose internacionalmente.
En los próximos días se podrá ver trabajar a otras artistas en distintas fachadas de la capital. Es el caso de la ilustradora Kruella D'Enfer, ejemplo de la afirmación femenina en el grafiti en la década de 2010.
Y no todo acaba aquí. Arisca representará a la nueva generación de mujeres en el arte urbano de la década actual.
Rocío Muñoz Jiménez