Barcelona (España), 20 ago (EFE).- Un hospital español dio el alta esta semana a Melany, una bebé nacida el pasado 7 de abril con tan solo 22 semanas y 6 días y con un peso de 450 gramos.
Durante los cuatro meses y medio en los que estuvo ingresada, la pequeña tuvo que ser intervenida dos veces por complicaciones en el corazón y en la retina, pero ambas operaciones salieron bien y ya está en casa con sus padres y gozando de un buen estado de salud.
En contexto, un niño de Alabama (Estados Unidos) se convirtió en 2021 en el bebé más prematuro del mundo en sobrevivir, después de que su madre diera a luz a las 21 semanas y un día de gestación y de nacer con un peso menor a medio kilo.
En España, en los últimos 20 años han nacido 58 bebés de 22 semanas de gestación, de los que han sobrevivido cuatro, una de ellas Melany, según informó el Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), en cuya Unidad de Neonatología estuvo ingresada Melany.
"Desde el principio fuimos muy sinceros con los padres: era muy difícil que Melany pudiera sobrevivir porque los grandes prematuros (nacidos con menos de 32 semanas de gestación) tienen muchas complicaciones al nacer. Sin embargo, la madre estaba convencida de que iría bien y así ha sido", explicó la doctora Núria Torre, neonatóloga del hospital.
El parto se adelantó por una incompetencia cervical, que ocurre cuando la cérvix de la madre va venciendo antes de tiempo, lo que condujo a su ingreso a las 22,4 semanas de gestación. El equipo de obstetricia le puso un cerclaje para evitar que el cuello uterino se dilatara demasiado pronto y hubiera un nacimiento prematuro.
"Finalmente, se decidió tratar con corticoides a la madre para ayudar al bebé a desarrollar los pulmones antes de nacer", apuntó la doctora Torre.
Según la Sociedad Española de Neonatología, en casos de bebés nacidos por debajo de las 23 semanas de gestación, los profesionales que conforman el equipo humano que interviene en la sala de partos debe realizar medidas de confort sin reanimación.
Ante la posibilidad de que Melany pudiera nacer a las 23 semanas de gestación, se decidió llevar a cabo la maduración pulmonar (preparación del pulmón para respirar sin ayuda al nacer) en la sala de partos.
Los padres de Melany, Evelyn y Carlos estuvieron durante este tiempo en un piso compartido con otras familias, lo que ayudó a compartir su experiencia con otras personas y a dar esperanza a otras mujeres que están pasando situaciones similares.
La madre de la bebé prematura destacó la importancia del apoyo psicológico durante este proceso: "Es un proceso duro y largo para el que no estamos preparados porque te bloqueas y no puedes mirar más allá. La psicóloga perinatal me ayudó a expresar mis emociones durante estos meses y ha sido de gran ayuda". EFE
agp/eba/lml/vs/jgb