El Ministerio de Salud de Sudán ha declarado 18 muertos y 300 casos de cólera desde la aparición la semana pasada de un brote de esta enfermedad en varios estados del país, alimentado por el conflicto armado y las inundaciones de las últimas semanas que han dejado casi 90 muertos y miles de desplazados. El estado de Kassala, en el este del país, y concretamente la zona de Wad al Hiliu son las áreas más afectadas. Allí, el Ministerio de Salud del país, dirigido por el Ejército, ha constatado 143 casos y ocho fallecidos, de acuerdo con el comunicado de las autoridades sanitarias que ha recogido el diario 'Sudan Tribune'. Las inundaciones, que han dejado hasta ahora 89 fallecidos, se han cebado con región occidental de Darfur y las provincias de Río Nilo, Nilo Blanco, Kordofán Occidental y Kordofán del Sur, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Todo ello ocurre en medio de un devastador conflicto armado vigente desde abril de 2023 entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que ha dejado, según las estimaciones más conservadoras, unos 18.700 muertos (de acuerdo con la ONG del Proyecto de Datos sobre Conflictos Armados, ACLED) y acompañado de la reactivación del conflicto intercomunitario en Darfur, escenario de decenas de masacres y un éxodo de población hacia países vecinos. Como única nota positiva de los últimos días, el Gobierno sudanés ha anunciado este jueves la apertura del cruce fronterizo de Adre, principal ruta hacia el oeste de Sudán desde Chad, para la entrega de ayuda humanitaria. El Consejo Soberano de Sudán, encabezado por el jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan, ha indicado en un comunicado que el paso estará abierto por un periodo de tres meses "según los controles habituales y acordados".