El OIEA alerta de un "deterioro de la seguridad" en Zaporiyia tras un ataque de un dron

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El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) ha advertido este sábado de un "deterioro" de la seguridad en la central nuclear de Zaporiyia tras constatar el impacto de un dron en la carretera perimetral de la central. "Hemos vuelto a ver una escalada de la seguridad nuclear y de los riesgos de seguridad en la central nuclear de Zaporiyia. Sigo extremadamente preocupado y reitero mi llamamiento a la máxima contención de todas las partes y al cumplimiento estricto de los cinco principios concretos fijados para la protección de la central", ha apuntado el director genera del OIEA, Rafael Mariano Grossi, en un comunicado. La Misión de Apoyo y Ayuda del OIEA en Zaporiyia ha informado este sábado de la detonación de un dron justo fuera de la zona protegida de la central. "El impacto se ha producido cerca de las pilas de agua de refrigeración y a 100 metros de la línea eléctrica de Dniprovska, la única línea de 750 kilovoltios que suministra a la central", ha explicado el OIEA. El equipo se desplazó de inmediato a la zona y dio cuenta de que los daños parecen haber sido causados por un dron con explosivos. "No hay víctimas y no hay consecuencias para el equipo de la central nuclear. Sin embargo, se trata de un impacto en la carretera que une los dos accesos principales de la central", ha advertido. El equipo ha podido constatar actividad militar en la zona muy cerca de la central que "ha sido intensa en la última semana". Han podido escuchar "frecuentes explosiones, fuego de ametralladora pesada repetitivo y fuego de fusiles y artillería a varias distancias de la central". "No hay señales de reducción de la actividad mlitar en las inmediaciones de la central nuclear de Zaporiyia a pesar de los reiterados llamamientos a la contención del director general Grossi", ha denunciado el OIEA. El informe recoge además que las autoridades rusas informaron el 10 de agosto de un ataque de artillería contra la subestación eléctrica y de suministro de agua en la cercana ciudad de Energodar, donde reside la mayoría del personal de la central nuclear. El ataque provocó el fallo de dos transformadores y un apagón en toda la ciudad que provocó que se tuviera que bombear el agua de refrigeración utilizando generadores diésel. El suministro eléctrico se restableció al día siguiente. Además menciona un "fuego importante" en una de las torres de refrigeración la semana pasada que "causó daño considerable" aunque "no hubo una amenaza inmediata para la seguridad nuclear". Rusia y Ucrania se han culpado mútuamente de este incidente. Grossi ha advertido de que las centrales nucleares están diseñadas para resistir fallos técnicos o humanos, pero "no están construidas para soportar un ataque militar directo". "Este último ataque pone de manifiesto la vulnerabilidad de este tipo de instalaciones en zonas de conflicto", ha señalado. En cuanto a la central nuclear de Kursk, cuya seguridad estaría amenazada por el avance militar ucraniano en territorio ruso, según Moscú, Grossi ha manifestado su disposición a evaluar su situación, incluso con una visita personal a la central.

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