Berlín, 16 ago (EFE).- La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, busca poner sobre la mesa asuntos como la seguridad, el terrorismo o la inmigración, pero la persiguen incursiones de activistas en aeropuertos, polémicas en la coalición gubernamental y críticas a su gestión, así como las malas previsiones electorales de los partidos del Ejecutivo.
La gira que la llevó esta semana a Görlitz, en la frontera con Polonia, donde habló de inmigración, o Colonia, donde la socialdemócrata abordó la amenaza del terrorismo islamista y los efectos de esta amenaza sobre Alemania cuando Oriente Medio parece sumido en una espiral de violencia, ha quedado empañada por los reveses que le toca encajar estos días.
Este jueves volvía a ser noticia la situación de la seguridad en los aeropuertos, supuestamente reforzada después de que hace unas semanas activistas climáticos de 'Letzte Generation' (Última Generación) irrumpieran en el aeropuerto de Fráncfort, lo que causó la cancelación de 230 vuelos.
Estos refuerzos no evitaron que cuatro aeropuertos sufrieran nuevas incursiones de militantes de esa organización ecologista este jueves.
Los aeropuertos de Berlín, Colonia-Bonn, Stuttgart y Núremberg vieron su actividad perturbada por unas horas después de que se repitiera una acción como la de Fráncfort, en la que activistas entraron en el recinto para pegarse al asfalto en protesta contra el uso de las energías fósiles.
Políticamente, sin embargo, resultan tener más impacto en la coalición gubernamental, compuesta por socialdemócratas como Faeser, ecologistas de Los Verdes y liberales del FDP, asuntos que revelan un Ejecutivo "nervioso", según dijo a EFE Nils Diederich, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
Por ejemplo, la ampliación de los poderes de la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) prevista por la titular de Interior en la que, según ha transcendido a los medios, Faeser quiere que los agentes puedan irrumpir en los domicilios para registrarlos en secreto o instalar programas espía en ordenadores y teléfonos inteligentes.
Esto le ha enfrentado al ministro de Justicia, el político liberal Marco Buschmann, quien reaccionó ante los proyectos de reforma de la BKA con claro rechazo.
"No habrá poderes para husmear en secreto en domicilios", dijo Buschmann, porque "eso no se hace en un Estado de derecho que se rige por una Constitución".
Para él, esa ampliación de poderes de la BKA "sería una absoluta violación de un tabú".
Otro tabú constitucional roto que se ha reprochado a Faeser tiene que ver con la libertad de prensa, tras la prohibición de la revista de línea editorial ultraderechista 'Compact' y la productora 'Conspect Films'.
Ambas empresas fueron prohibidas el pasado mes de julio porque, según el Ministerio del Interior, distribuyen contenidos antisemitas, racistas, contrarios a las minorías, revisionistas y teorías de la conspiración además de servir de altavoz para la extrema derecha.
Sin embargo, el Tribunal Federal Administrativo levantó provisionalmente la prohibición el miércoles, apelando a la libertad de expresión y la libertad de prensa, argumentos que han desatado críticas de la oposición y de otros políticos liberales.
El jefe del grupo parlamentario democristiano, Thorsten Frei, reprochó a Faeser haber hecho "un flaco favor a la lucha contra el extremismo de derechas".
El vicepresidente del FDP, Wolfgang Kubicki, calificó la decisión del tribunal de "una desagradable bofetada para una ministra constitucional", además de reprochar a Faeser haberse convertido en "la mejor defensora" de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) antes de las elecciones en Sajonia, Turingia y Brandeburgo, tres estados federados que votan en septiembre.
Diederich planteó que Faeser parecía haber actuado de forma "apresurada" y "poco hábil", sobre todo, teniendo en cuenta que 'Compact' "es un medio de comunicación y que en Alemania los extremistas derechas pueden expresarse, aunque hay tabúes como el antisemitismo".
Para él, la situación de la ministra recuerda que las elecciones de septiembre, en las que AfD y la CDU parten como favoritas, "generan nerviosismo", especialmente en los partidos del Ejecutivo.
Al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación del canciller y de Faeser, los sondeos de intención de voto para la cita con las urnas del 1 de septiembre e Turingia y Sajonia apenas le atribuyen un porcentaje superior al 5 % necesario para lograr representación parlamentaria.
Están en la misma situación Los Verdes, mientras que el FDP podrían incluso no lograr representación parlamentaria.
Salvador Martínez Mas