Novillera Martínez y reses de La Playa proveen esencias en la Monumental Plaza México

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Ciudad de México, 11 ago (EFE).- La quinta corrida del serial de novilladas de la Plaza de Toros Monumental de Ciudad de México finalizó sin premios para los espadas mexicanos Luz Elena Martínez, Paco de la Peña y Kevin Loyo.

Martínez y De la Peña no pudieron finalizar su presentación al resultar heridos por asta de toro.

Los novillos de La Playa fueron encastados y bien presentados, en un evento que registró un cuarto de las 42.000 localidades.

Dos horas y media de festejo en la más grande plaza de toros en el mundo, dos novilleros que acabaron en quirófano, varios avisos y aplausos en el arrastre para los novillos, fueron la estadística causada por la bravura de los astados.

Además, 10 naturales de Luz Elena Martínez y el compromiso total de ésta con la verdad, dejándose coger para concluir correctamente su faena.

Martínez no fue capaz de mandar con la mano derecha un abre plaza. 'Engeniado' y sonoramente 'protestón' en su bramido fueron las características del toro al que citaba Luz Elena en paralelo.

La novillera renegó de dominar y apostó por trincherazos y pases, aprovechando el viaje. En uno de ellos, el novillo mostró casta y la diestra temple.

Lo que sucedió con la mano izquierda pudo haber sido una 'circunstancia'.

Sin embargo, es un hecho que la mexicana atesoró pureza, pues la tanda de seis naturales seguidos y de otra de cuatro que realizó, calló a la mugiente bestia, encendió su casta y trajo a La México la esencia del toreo.

No se asomó al contrario, pero sí desmayó convencida la tela, doblegando la testa del astado que transitó ceñido, sometido, a la joven.

Luz Elena en ningún momento movió su zapatilla ni alteró su verticalidad quieta. Quiso matar recibiendo y pinchó.

En el segundo intento, se dejó coger inerte sobre los cuernos del animal, al que pasaportó de un bajonazo.

La oreja, ni pedida ni otorgada, hubiese tenido más justificación que las tres ya entregadas en este ciclo de novilladas; aunque para el recuerdo se llevó una herida de 20 centímetros en el muslo.

Tras el primero, saltó al ruedo uno bien presentado y quejumbroso, que apretó en el peto. Fue para Paco de la Peña.

El aspirante a torero interpretó, con gesto y voz, pases por ambas manos, siempre citando con el pico.

El buen segundo, siguió el engaño sin pausa ni recorrido; aunque de la Peña no acertó, ni con muleta ni con estoque.

El tercero era un novillo de bandera. Un cárdeno bravo que lució en el caballo y las banderillas.

En la muleta rebañaba al cielo tras tomarla con noble fiereza.

Mientras Luz Elena Martínez era intervenida en un quirófano de la capital, Paco de la Peña cubría su turno con un cuarto que arremetía ciclónicamente.

El burel se llevó por delante a un De la Peña dubitativo durante los primeros compases de la faena de muleta.

La cogida también retiró al novillero por el resto de la corrida.

Con sus compañeros de terna heridos, Kevin Loyo, se vio con la responsabilidad de enfrentar solo a tres toros de La Playa.

Al cuarto lo finiquitó rápido y correctamente. El quinto era una ametralladora de pases. Pero el celo hay que templarlo.

Loyo acabó desarmado escuchando gritos de “toro” “toro”.

El reloj sin agujas y los escombros de las localidades, como ruinas vivas, presenciaron un último ejemplar traído del campo del estado de Nuevo León.

El astinegro, con más genio que casta, era un bovino con mucho peligro que no dio opción a Kevin Loyo.

Tras muchas peticiones de vuelta al ruedo, los propietarios de la divisa saludaron al tercio, con tanta emoción como con respeto, para concluir una importante tarde de toros en 'La México'.

Borja Ilián

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