El Gobierno de Fico acelera la erosión democrática en Eslovaquia con la purga de críticos

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Gustavo Monge

Praga, 12 ago (EFE).- Eslovaquia vive una purga sin precedentes en sus instituciones desde la llegada al poder del nacionalpopulista Robert Fico, conocido por admirar las políticas "iliberales" del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y de negar apoyo militar a Ucrania ante la agresión rusa.

“Fico está desmontando la democracia liberal y eliminando a los que considera sus enemigos”, resume a EFE el analista Grigorij Meseznikov, del instituto político IVO en Bratislava.

Desde su vuelta al Gobierno en octubre de 2023, al frente de una coalición entre la izquierda nacionalista y la ultraderecha, Fico ha buscado destituir a funcionarios que considera poco leales.

En un tiempo récord, su Ejecutivo ha adoptado medidas de gran alcance, legisladas por vía de urgencia en el Parlamento, lo que ha desatado en los últimos meses protestas multitudinarias.

El Gobierno ha despedido a figuras clave de la Policía y del poder judicial, ha abolido la Fiscalía Especial, encargada de investigar casos de corrupción política que afectan al partido de Fico, el Smer, y ha cerrado la RTVS, la radiotelevisión pública.

Mientras que la dirección de esta emisora era nombrada por el Parlamento, la del nuevo ente televisivo, StaR, está sujeta al control exclusivo del Gobierno.

En su último informe sobre el Estado de derecho, la Comisión Europea advirtió que la abolición de la Fiscalía Especial puede poner en peligro las investigaciones sobre el uso indebido de dinero público y afectar el presupuesto de la UE.

"Si Bruselas amenaza y corta o reduce los fondos europeos, esto puede hacer reaccionar a Fico, que entiende el lenguaje de la dureza", añade Meseznikov.

Desde el intento de asesinato que sufrió el pasado mayo, a manos de un jubilado que aseguró estar en contra de sus políticas, el primer ministro parece haber reforzado su determinación de controlar todas las instituciones.

Además de a la UE, Fico también ha molestado a la OTAN con varias de sus políticas, especialmente por suspender la ayuda militar a Ucrania, oponerse a su entrada en la Alianza, defender una negociación de paz con el agresor ruso y mantener la importaciones de hidrocarburos desde Rusia.

 Las últimas víctimas de la purga han sido Matej Drlicka, director del Teatro Nacional, y Alexandra Kusá, directora de la Galería Nacional Eslovaca, destituidos la semana pasada por el Ministerio de Cultura, en manos de los ultranacionalistas.

Aunque Meseznikov mantiene que la oposición es más prudente tras el intento de magnicidio, estas últimas purgas han llevado al partido Eslovaquia Progresista (PS) a convocar una nueva protesta para mañana martes.

Hoy lunes es el propio gremio de la cultura y la universidad el que se solidarizará con los profesionales cesados, con una marcha por el centro de la capital.

“La desobediencia civil pacífica, como huelgas sectoriales e incluso una huelga general” son argumentos que Fico también podría entender, según el analista.

La promotora de los últimos ceses y de la eliminación de la RTVS es la ministra de Cultura, la ultranacionalista Martina Simkovicová, una expresentadora de televisión que fue despedida en 2015 por comentarios racistas.

Ya como ministra, Simkovicová calificó de parásitos a las ONG que defienden los derechos del colectivo LGBTQ+.

Por su parte, tras ser despedida después de 14 años al frente de la Galería Nacional, Kusá aludió críticamente a la ministra al considerar que "no se puede ir por las instituciones como un zar".

La ministra, a la que sólo se le conoce una visita a la Galería Nacional pero aparece con frecuencia en un canal de Youtube prorruso que difunde teorías de la conspiración, criticó que en el museo "no había banderas eslovacas y, mucho menos, arte".

Simkovicová ha llevado a cabo estas purgas sin ofrecer apenas explicaciones, lo que ha generado una petición de dimisión suscrita por más de 170.000 personas, casi el 4 % del censo electoral.

También ha decidido retirar ayudas a proyectos LGBTQ+, mientras que en su batalla por la cultura autóctona exige que los proyectos se centren en temas tradicionales y lo que ella considera "normales".

Políticos de la oposición han alertado sobre los planes del Gobierno de desmantelar la Agencia Nacional contra el Crimen (NAKA) de Eslovaquia, que en el pasado arrestó a políticos eslovacos de alto perfil afines a Fico. EFE

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