Buenos Aires, 11 ago (EFE).- La huelga que desde el pasado martes llevan adelante los trabajadores de las plantas de molienda para aceite y terminales portuarias de Argentina afecta a las agroexportaciones del país, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de granos y derivados.
Fuentes sindicales consultadas este domingo por EFE señalaron que la medida de fuerza es llevada adelante por la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), que reúne a 22 gremios, y por el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de la localidad de San Lorenzo, en la central provincia de Santa Fe, donde se encuentra el mayor polo agroexportador de Argentina.
La huelga fue convocada ante la falta de acuerdo entre los sindicatos y las tres cámaras empresariales intervinientes en la negociación paritaria que en julio debió establecer un nuevo aumento salarial para el sector, donde se negocian ajustes cada dos meses en un escenario de elevada inflación en Argentina (271,5 % interanual en junio pasado).
Los sindicatos reclaman actualizar el salario mínimo para cubrir nueve necesidades básicas a 1.550.000 pesos (1.618 dólares) para el puesto más básico de la escala, lo que representa un aumento del 26 %, pero las empresas ofrecieron una subida del 17 %.
"Las empresas se están negando a pagar un salario que nos permita cubrir nuestras necesidades. Eso es lo que estamos discutiendo con las empresas del polo sojero más grande del mundo", dijo a EFE el secretario general de la FTCIODyARA, Daniel Yofra.
El dirigente precisó que sus salarios representaban en 2023 apenas el 1,7 % del coste de producción de las empresas, peso que ahora es menor por la devaluación abrupta de la moneda argentina en diciembre último.
"Día a día vamos evaluando la medida a seguir. Vamos a seguir esta lucha hasta las últimas consecuencias", dijo por su parte a EFE el secretario general del SOEA de San Lorenzo, Daniel Succi.
La huelga afecta a una quincena de terminales de las localidades de San Lorenzo, Timbúes, San Martin, Ramallo y Bahía Blanca operadas por empresas argentinas y por multinacionales como Bunge, Cofco, Cargill y Louis Dreyfus.
Por el conflicto hay buques demorados, mientras que miles de camiones se encuentran varados en los alrededores de las terminales sin poder descargar granos. Este domingo ningún camión pudo hacerlo.
"Desde el martes está todo paralizado. Dado que fue un paro imprevisto, eso generó a propósito que 14.000 transportistas quedaron varados y unos 11.000 con carga pero sin salir hacia los puertos", dijo a EFE Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de Argentina y del Centro Exportador de Cereales.
Según Idígoras, están en juego ingresos de esos transportistas por unos 500 millones de pesos (522.000 dólares) y pérdidas por las penalidades de demora en los embarques de 50.000 dólares por día por cada uno de los diez buques en espera.
"El resto de los barcos que iban a venir los compradores internacionales los derivaron a Brasil, así que también habrá menos divisas en septiembre", advirtió Idígoras en momentos en que Argentina necesita incrementar sus exportaciones para recomponer sus exiguas reservas monetarias.
Natalia Kidd