Camboya comienza las obras de su faraónico y controvertido canal financiado por China

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Bangkok, 5 ago (EFE).- El primer ministro de Camboya, Hun Manet, inauguró este lunes las obras del faraónico y controvertido proyecto de construcción de un canal que confiera a su capital salida al mar, con un coste estimado en unos 1.700 millones de dólares y financiado parcialmente por China.

Durante una ceremonia al sur de Nom Pen, Manet resaltó la importancia "histórica" del proyecto, que contaría con un recorrido de 180 kilómetros entre la capital y la costa de la provincia camboyana de Kep, sur del país y con salida al golfo de Tailandia.

"Debemos construir este proyecto a cualquier precio", remarcó el mandatario camboyano durante un discurso en el que resaltó la importancia del canal para "fortalecer la soberanía y potencial económico" de la nación.

Al acto acudió una muchedumbre ataviada con camisetas con la foto estampada del actual primer ministro y la de su padre, Hun Sen, quien lideró el gobierno de Camboya durante casi cuatro décadas hasta que cedió el poder en agosto de 2023 a su primogénito.

La vía fluvial artificial tendría unos 100 metros de ancho y 5,4 metros de profundidad para permitir la navegación de grandes barcos de mercancías.

Aunque no se han publicado todos los detalles del proyecto, previamente funcionarios camboyanos indicaron en documentos oficiales que este futuro canal contaría con financiación china y se espera que la obras terminen en 2028.

Con este canal, Camboya busca rebajar la dependencia comercial de los puerto de Vietnam, por donde discurre alrededor de un tercio de los productos desde y hacia el país.

Los detractores del proyecto han alertado de que su objetivo oculto es que China logre controlar una salida al mar que evite la ruta tradicional a lo largo de Vietnam y que podría facilitar la navegación de buques de guerra de Pekín.

Manet volvió a negar hoy que Camboya vaya a ceder su "territorio y soberanía a extranjeros", al remarcar que el 51 % de las acciones del proyecto estarán en manos de empresas nacionales.

Camboya mantiene desde hace décadas una fluida relación con China, que ha financiado numerosas construcciones en el país, lo que levanta las sospechas de varios países que ven a Nom Pen como un "caballo de troya" de Pekín en el Sudeste Asiático.

El pasado diciembre, dos buques de guerra chinos atracaron por primera vez en la base naval camboyana Ream, en la sureña provincia de Sihanoukville, después de la polémica desmantelación de parte de las instalaciones sufragadas por Estados Unidos.

Esta base naval, que Camboya niega vaya a ser utilizada por potencias extranjeras, está cerca del estratégico y conflictivo mar de China Meridional, donde China se disputa el control y soberanía con países como Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunéi.

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