El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, informó este viernes de la retirada de los acuerdos de culpabilidad anunciados el miércoles con el “cerebro” de los atentados del 11 de septiembre (11-S), Jalid Sheij Mohamed, y con dos de sus cómplices, Walid Muhamad Sali Mubarak bin Attash y Mustafa Ahmed Adam al Hausaui.
“Con efecto inmediato, por la presente le retiro su autoridad en la causa de referencia para celebrar un acuerdo previo al juicio y me reservo dicha autoridad”, declaró Austin en un comunicado.
“Por medio de la presente, retiro los tres acuerdos previos al juicio que usted firmó el 31 de julio de 2024 en el caso arriba mencionado”, manifestó el titular de Defensa en un comunicado.
Austin aseguró que tomó esta importante decisión, defendiendo que “la responsabilidad de tal dictamen debe recaer en (él) como autoridad superior convocante en virtud de la Ley de comisiones militares de 2009″.
Estas declaraciones llegan apenas un par de días después de que el Pentágono diera a conocer los mencionados acuerdos, cuyos términos y condiciones específicos no puso a disposición pública en el momento del anuncio.
Los tres aludidos han estado bajo custodia estadounidense desde 2003, pero el caso se ha retrasado una década para investigar si las torturas sufridas en prisiones de la CIA habían contaminado las pruebas en su contra.
Washington había dicho que pediría la pena de muerte para Mohamed, ingeniero paquistaní formado en Estados Unidos, que fue acusado de haber tenido la idea de secuestrar los aviones y hacerlos estrellarse. Los fiscales afirmaron que él le propuso la idea a Osama bin Laden en 1996 y que luego ayudó a entrenar y dirigir a algunos de los secuestradores. Mohamed y Hausaui fueron capturados en Pakistán en 2003 y retenidos en prisiones de la CIA hasta su traslado a Guantánamo en 2006.
Los acuerdos habían sido firmados por Susan Escallier, una general de brigada retirada que fue nombrada en el Departamento de Defensa el verano pasado por el Secretario Austin, informó NPR.
Una de las razones detrás de la controversia se origina en las perspectivas distintas sobre justicia y seguridad. “Algunos ven estos acuerdos como una forma de asegurar justicia y cerrar un capítulo doloroso”, pero también están los que piensan que se “están siendo blandos con los terroristas,” informó un miembro del Congreso citado por NPR.