Alivio y amargura ante el fallo por los jarabes que mataron a más de 200 niños indonesios

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Steven Handoko y Gaspar Ruiz-Canela

Yakarta/Bangkok, 31 jul (EFE).- Las familias indonesias afectadas por jarabes para la fiebre y la tos contaminados, que causaron la muerte a 206 niños, aguardan con una mezcla de alivio y amargura la sentencia del juicio civil prevista este jueves contra varias empresas, el Ministerio de Salud y la agencia reguladora de alimentos y medicinas.

El tribunal en Yakarta decidirá si concede las compensaciones pedidas por los familiares, 3.000 millones de rupias (unos 183.000 dólares o 169.000 euros) a quienes hayan perdido a un familiar y 2.000 millones de rupias (unos 123.000 dólares o 113.000 euros) para quienes hayan quedado con secuelas.

También solicitan que las autoridades ofrezcan cobertura sanitaria adecuada a los 120 niños que sobrevivieron a la ingesta de los jarabes para la fiebre y la tos contaminados con dietilenglicol (DG) y etilenglicol (EG), dos productos tóxicos usados fraudulentamente para reducir los costes, pero que aún tienen secuelas.

Los niños afectados, incluidos menores de cinco años, sufrieron principalmente fallos renales en este escándalo que estalló en 2022.

"Nos mantenemos optimistas sobre la decisión final y esperamos que el tribunal falle a nuestro favor", indica a EFE Safitri Puspa, que perdió a su hijo de 8 años en octubre de 2022, un mes después de celebrar su cumpleaños, debido a un jarabe contaminado.

"Personalmente, como madre no he cerrado las heridas en este capítulo de mi vida", añade Puspa, quien sí espera que una sentencia favorable sirva de advertencia a las autoridades y los empresarios.

Este juicio civil comenzó en marzo de 2023 de manera paralela al proceso penal en el que varios responsables de una farmacéutica y de dos empresas intermediarias fueron condenados a entre 2 y 10 años de prisión el año pasado.

Puspa señala que cree que las autoridades se están "lavando las manos" y lamenta que el Gobierno no esté ofreciendo la cobertura necesaria a los niños afectados por los jarabes manipulados.

"Cuando las víctimas van a recibir tratamiento, no se les da ninguna prioridad (en los hospitales)", explica la indonesia.

Puspa afirma que Indonesia no pudo reaccionar adecuadamente a la crisis al no tener suficiente Fomepizole, un medicamento para tratar los fallos del riñón, por lo que tuvo que importarlo desde países como Japón y Singapur, principalmente del primero.

Las familias también acusan a las autoridades y a las empresas farmacéuticas de negligencia al no haber podido prevenir el envenenamiento de cientos de niños debido a los jarabes manipulados vendidos por Afi Farma y PT Universal Pharmaceutical Industries.

Nur Asiah, que perdió a su hija de 4 años tras consumir un jarabe de paracetamol de Afi Farma, señala el calvario que pasó en los días en que su hija no paraba de tener fiebre alta, retención de orina y hasta sangre en las heces antes de fallecer.

Como con otros niños afectados, los médicos no realizaron un test de toxicología, por lo que no podían encontrar la raíz de su mal estado, los compuestos tóxicos.

"No puedo creer que haya gente que de manera deliberada fabrica veneno para nuestros hijos. Si ves los resultados forenses, la concentración (de dietilenglicol y etilenglicol) llegaba al 96 %. No es estar expuesto a un producto tóxico, es veneno puro", lamenta la madre indonesia.

Indonesia permite la presencia de hasta un 0,1 % de etilenglicol en medicinas, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja cualquier cantidad de este producto usado como disolvente industrial y descongelante en aparatos de aire acondicionado y frigoríficos.

Nur Asiah espera que el juicio logre que mejore el sistema para sentirse segura cuando va al médico con los otros dos hijos pequeños que tiene.

"Para ser sincera, revivo el trauma cada vez que voy a una clínica", dice.

La crisis estalló en octubre de 2022, cuando las autoridades indonesias descubrieron que decenas de niños habían sido envenenados con jarabes manipulados.

Cuatro ejecutivos de CV Samudra Chemical y CV Anugrah Perdana Gemilang, las empresas que suministraron los componentes tóxicos de manera fraudulenta, fueron condenados a 10 años de cárcel el pasado octubre, mientras que cuatro directivos de Afi Farma fueron sentenciados a dos años de prisión por negligencia al no detectar la manipulación.

Entre 2022 y 2023, la OMS alertó de casos similares de manipulación de jarabes con dietilenglicol y etilenglicol en países como Gambia, Camboya, Uzbekistán e Islas Marshall, aunque ninguna investigación ha logrado establecer por el momento vínculos con los casos de Indonesia.

La contaminación de jarabes y otras medicinas con etilenglicol ha ocurrido en varias ocasiones en diversos países del mundo desde los años 1930. EFE

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