Eyeru Gebru, épico viaje de la guerra a París

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París, 30 jul (EFE).- La refugiada etíope Eyeru Gebru empezó a montar en bicicleta a los 16 años. Tuvo el honor de portar la antorcha olímpica el pasado mes de mayo por las calles de Bayeux, en el norte de Francia. Detrás de su sonrisa, hay una historia sobrecogedora.

  "Fue maravilloso”, dijo Gebru, quien competirá para el Equipo Olímpico de Refugiados después de huir de la guerra en su país natal, Etiopía. "Nunca en mi vida pensé que llevaría la antorcha. Estaba tan emocionada.... Incluso ahora, cuando miro las fotos, me hacen llorar. Estoy muy orgullosa", cuenta la ciclista.

Desde pequeña soñaba con montar en bicicleta. Entonces veía las carreras en la región de Tigray. Gebru tuvo que esperar hasta los 16 años para tener dinero suficiente para alquilar una bicicleta y montar por primera vez. Sorprendentemente, al cabo de un año ya estaba participando en competiciones.

"Al principio fue terrible. A los 16 años no era el momento de aprender. Tenía miedo de caerme. Fue muy duro, pero mi sueño era montar en bicicleta, así que olvidé el dolor y aprendí a hacerlo", comenta.

La evolución fue rápida. A los 18 años, Gebru representó a Etiopía en el Campeonato Continental Africano de 2015. En 2018, fue invitada a entrenarse y competir en el Centro Mundial de Ciclismo de la UCI en Suiza.

"Gracias a ellos aprendí mucho, por ejemplo a correr en un grupo grande del pelotón. Mejoré mucho en todos los aspectos, tanto en mi rendimiento como en mi táctica de carrera. Fue un tiempo realmente bueno el que pasé allí", relata.

Al regresar a su casa en Tigray, el estallido de la guerra obligó a Gebru a huir para salvar su vida.

"Tuve que salvar mi vida porque era demasiado terrible quedarme allí. Perdí a mis amigos ciclistas y a miembros de mi familia. Mi federación me dijo que tenía que representar a mi país en el campeonato mundial en Bélgica. No quería representar a mi país, así que decidí irme", cuenta.

La ciclista etíope pidió asilo en Francia, se instaló en Evian, a orillas del lago de Ginebra y cerca de la frontera con Suiza. Otra vida, otro país, otras incógnitas....pero en el fondo, algo de esperanza.

"Al principio fue muy difícil. No podía seguir con mi deporte; era difícil debido a mi situación. No entrenaba, no competía, estaba esperando mi proceso. Me ayudaron a aprender a hablar francés. No tenía noticias de mi familia, así que me hicieron sentir bien y me acogieron con cariño. Más tarde, me compraron una bicicleta para andar y distraerme", señala.

El exentrenador de Gebru la ayudó a obtener una beca para Refugiados del Comité Olímpico Internacional en 2023 y se unió al equipo femenino francés Komugi–Grand Est, lo que la llevó a su nominación al Equipo Olímpico de Refugiados del COI.

"Cuando empecé a practicar este deporte", destaca, "mi sueño era ser deportista olímpica, así que cuando fui parte de la beca fue increíble. Trabajé muy duro y ahora voy a competir en la carrera de mis sueños. No se trata solo de mis sueños, también se trata de inspirar a otros refugiados y a mis compañeros ciclistas”.

Cuando Gebru, de 27 años, compita en la carrera de ruta femenina el 4 de agosto es probable que se enfrente a la medallista de plata de Londres 2012 y excampeona mundial británica Elizabeth Deignan, quien la ha estado ayudando a progresar.

"Ella es mi mentora, mi entrenadora, siempre intenta enseñarme y guiarme. A veces, en momentos difíciles, ella me apoya. Es como mi hermana mayor", asegura.

El recorrido parisino, sin grandes desniveles y con final llano, no favorece el talento de Gebru para la escalada, pero ella asegura que saldrá con el objetivo de disfrutar de la carrera y hacerlo lo mejor posible.

"Después tengo otros objetivos. Ahora corro con mi equipo, la temporada no ha terminado, tenemos otra carrera en septiembre y a principios de octubre. Además, está el campeonato mundial en Zúrich", apunta.

Como refugiada y una de las pocas ciclistas negras en el pelotón profesional femenino, Gebru sabe que tiene la oportunidad de inspirar a la próxima generación de ciclistas jóvenes.

“Espero que les sirva de inspiración y que puedan creer que pueden lograr sus sueños", subraya. EFE

soc/ism

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